Encuestas y temas ocultos

Cualquier encuesta de opinión, en su contenido, lleva carga subjetiva proveniente de las respuestas que configuran tendencias y que bosquejan porcentajes. Tal es el caso de una encuesta difundida en la primera semana de febrero reciente, cuya casilla denominada “ninguno”, con un 24 por ciento, imperaría sobre el resto que le sigue con un 22, 15, 13 y 7 por ciento, respectivamente.

Es decir, una encuesta tradicional, cuyo objetivo es recoger opiniones de un universo social y en base a ellas, sacar posibles conclusiones que, generalmente, se cumplen en procesos electorales.

Comento: a).- Que en los hechos, los favorecidos con las cifras 22, 15, 13 y 7 por ciento, representan ya una candidatura presidencial; b).- Que es correcta la aceptación aunque sea a regañadientes, de la puesta en marcha del proceso electoral 2019 en el que participarán oficialismo y oposición; c).- Las casillas que van de “ninguno” a los dos últimos políticos, tienen la siguiente características: 1.- Que los dueños del 15 y el 13 por ciento no han crecido mayormente en los últimos quince años; 2.- Que el candidato con un 7 por ciento, constituiría posible alternativa el 2019, pues, si ahora tiene 7 por ciento, con una presencia política no mayor a cuatro años, la tendencia será de crecimiento, al contrario de los dos políticos que ocupan un liderazgo local, cada vez menor.

Seguimos: d).- Me parece inexplicable, que no haya noticias de Carlos Mesa, cuya preferencia ciudadana, pese a su reiterada negativa a postularse como candidato presidencial el 2019, es mucho más sostenida.

Es imposible que Mesa ya no tenga seguidores; e).- Que debido a esta ausencia, la escala del 24 al 7 por ciento, diseñada en barras, sea tan diáfana. Es decir, que se vea con precisión a los candidatos del oficialismo y de la oposición sin el “estorbo” del exmandatario; y f).- El oficialismo aún tendría una carta oculta: la causa marítima en La Haya y un acercamiento con el nuevo presidente de Chile.

La encuestadora cumplió con su labor. Y desde esta columna, hago lo propio, decodifico los mensajes ocultos que acabo de señalar, sin ningún objetivo que el de comentar como periodista, lo que sería un factor irreversible el 2019: elecciones generales.