El paro del transporte en La Paz

En pleno febrero loco, porque en enero generalmente llueve poco, en el día del paro de transporte tuvimos que caminar para llegar a las fuentes de trabajo, porque no formamos parte de la casta de nuevos ricos que tienen una flota de autos para desplazar a toda su familia, y a lo mejor con uno no podemos circular, por los abusos de los transportistas. Caminar es saludable, pero no así.

Medios televisivos mostraron escenas dolorosas, de gente con muletas, de personas de la tercera edad, que caminaban bajo la intensa y prolongada lluvia, porque seguramente tenían consulta médica. Cuántos niños se resfriaron porque no sabían si ir o no al colegio. Sin duda, como se dice comúnmente, los oídos de los transportistas han debido arder todo el día por las protestas de la gente.

Y a nadie le estamos faltando el respeto. Este paro tenía tufillo a politiquería; nos importa muy poco si quieren molestar a oficialistas u opositores, los paceños quisiéramos vivir en paz. Si no les gustan los PumaKataris, qué pena, aprendan, por favor, de la gente educada que los conduce y atiende, de los vehículos limpios y cómodos, donde no tenemos que poner bolsas en el asiento, como sí lo hacemos en otros motorizados, cuyos forros de asientos están sucios. Por favor, por lo menos los PumaKataris no hacen trameaje, respetan sus rutas, tienen una tarifa fija y no exageran como los taxis y radiotaxis, cuyas tarifas parecen interprovinciales y varían según la cara del pasajero y del clima. Si llueve suben sus precios. Ahora que los PumaKataris tendrán que corregir algunas cosas, seguramente, por ejemplo disminuir la cantidad de diésel que botan.

Antes de parar y bloquear reflexionemos. Se comprende la preocupación del sector del transporte paceño, pues ven afectadas sus fuentes de trabajo. Entendemos a los hermanos del transporte público y nos preocupan sus problemas, somos solidarios. Pero no se puede abusar así de los habitantes de esta ciudad. Con el ejemplo se predica, solo se están haciendo odiar con las personas que esperamos un mejor servicio.

Quisiéramos subir a sus vehículos limpios, que nos traten con respeto, con educación, que los resortes y alambres de los asientos no nos pinchen al sentarnos, que podamos salir íntegros y no enterarnos de que alguien se cayó al subir o bajar porque partieron antes de tiempo. Que respeten sus rutas, que no hagan carreritas, no llevan costales de papas sino personas, que no molesten a conductores de otros vehículos, nadie está en competencia.

Todos somos iguales, el conductor del PumaKatari, el del minibus, taxi o radio taxi; la vendedora de frutas, el empresario, el estudiante, todos merecemos respeto y consideración, nuestra ciudad no tiene dueños, La Paz es de todos, aprendamos a vivir en paz, con consideración y respeto a los demás.

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