Broche de oro a dos jornadas
• Las escuelas de samba demostraron su repudio a que algunos “privilegiados” se llenen los bolsillos con el dinero mal habido
Sao Paulo.- El Carnaval de Sao Paulo gritó ayer contra la corrupción y las poderosas élites, rescató la memoria “sucia” de la dictadura militar brasileña y emprendió después un viaje a México, en una noche en la que fue homenajeado el cantautor Gilberto Gil, que bailó y cantó como uno más durante su desfile.
Con la alegría y el tesón propio del momento, las últimas siete escuelas del Grupo Especial de Sao Paulo recorrieron ayer la pista del sambódromo de Anhembi para poner el broche de oro a dos jornadas de desfiles que sumaron cerca de 15 horas.
CONTRA CORRUPCIÓN
Al carnaval se le presupone cierta frivolidad y en lo que respecta a Brasil, el país se detiene casi por completo y aparca sus problemas hasta el Miércoles de Ceniza, cuando vuelve a la dura realidad.
Pero ayer pasó todo lo contrario. Las escuelas de samba demostraron que están cansadas de las injusticias y en especial de que algunos “privilegiados” se llenen los bolsillos con el dinero de la corrupción.
La primera en alzar su voz fue la primera en poner un pie sobre la pista, la escuela “X-9 Paulistana” paseó una carroza cuyos integrantes iban vestidos de jueces y políticos -algunos de ellos con la banda presidencial- y cargados con maletas de dinero y billetes en la ropa interior.
El segundo en disparar fue “Imperio de Casa Verde” con su samba “El pueblo, la nobleza real”, en la que trasladaron al público a la época de la Revolución Francesa para denunciar los privilegios de los poderosos de ahora frente a los pobres y explotados.
CRÍTICAS A POLÍTICOS
En la primera escena, un verdugo guillotinaba a un recluso que representaba al “pueblo”, mientras un rey con aires de grandeza se paseaba entre sus guardias, que amenazaban a los ciudadanos.
La sorpresa vino cuando el verdugo se quitó la capucha y todos descubrieron que era un cardenal.
“¿Quién soy yo en la ‘selva del poder’? Un bobo más de la corte padeciendo, sin disfrutar de la riqueza”, cantaban los 2.500 integrantes de esa escuela.
Todo ello mientras una tropa de ratas “engullía” a niños pequeños para dar paso al tercer estamento, a la plebe que cargaba fardos de paja y pedía limosna.
Pero la “esperanza continúa”, cantaban, y fue entonces cuando apareció el elefante de “Los miserables” de Víctor Hugo desde donde también se rugía: “Vem pra rua!” (¡Ven a la calle!).
Ese llamado está lleno de connotaciones en Brasil, pues es el nombre de un movimiento social que defiende a los policías, fiscales y jueces de la Operación Lava Jato, que investiga el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras y ya ha llevado a prisión a importantes políticos de todas las ideologías.
HOMENAJE A GIL
Sobre las 2.30 hora local (4.30 GMT) saltó a la pista la escuela “Vai-Vai” para homenajear, entre un mar de banderas blanquinegras, al maestro brasileño Gilberto Gil, quien a sus 75 años marcaba el ritmo con un pito desde la última carroza.
“Gil es un fuera de serie. Es ese tipo de artista que hace músicas que marcan nuestras vidas y momentos de la historia del propio país”, afirmó a Efe el presidente de la escuela, Darly Silva, al que todos conocen como “Neguitao”.
En ese repaso a su trayectoria no faltó la escenificación de su exilio en Londres fruto de la represión del régimen militar (1964-1985) que lo encarceló en 1969 junto con Caetano Veloso, dos de los máximos exponentes de la Música Popular Brasileña (MPB).
“Tratamos todo ese momento malo y sucio de nuestra historia, esa vergüenza que ocurrió en un pasado reciente de Brasil y que tenemos que recordar porque hay muchas personas que están queriendo volver con este tipo de cosas”, alertó Silva.
También icono de la MPB, la cantora Alcione fue homenajeada por “Mocidade Alegre”, mientras que “Dragoes da Real”, subcampeón en 2017, narró las raíces del “sertanejo” (country brasileño) y “Gavioes da Fiel” contó la historia del municipio paulista de Guarulhos en un desfile con muchos indios y de alta sensualidad.
MÉXICO PRESENTE
La última parada del viaje fue México. “Unidos de Vila María” mezcló historia y leyenda a partes de iguales para mostrar la riqueza de una cultura ancestral.
Los primeros en aparecer, los aztecas y los mayas vibrando en un templo prehispánico custodiado por varias serpientes emplumadas. Muy de cerca, se encontraba Hernán Cortés y toda la expedición española a bordo de una carabela.
Después llegaría la Virgen de Guadalupe, la celebración del Día de Muertos y el tributo al actor Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, creador hace casi medio siglo de la serie “El Chavo del 8”, que tantos éxitos ha cosechado (y aún cosecha) en Brasil.
“Es un homenaje lindo, maravilloso. Roberto Gómez Bolaños es un icono de la cultura mexicana y nada más justo que hacer ese homenaje para él”, expresó a Efe Tarcila Falleiros, directora de la escuela, en el cierre del carnaval paulista. (EFE)
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