La mañana del 14 de febrero de 1879, fuerzas invasoras chilenas ocuparon la plaza de armas de Antofagasta, puerto boliviano, y colocaron en las esquinas las ametralladoras y cañones. El populacho compuesto en su mayoría por chilenos y de otras nacionalidades se plegaron a las fuerzas de asalto, tomaron la Prefectura, el cuartel y demás oficinas, arrastrando por las calles el escudo y bandera bolivianos.
Zapata, prefecto del departamento, no tuvo otro recurso que abandonar el puerto, se había ejecutado a la perfección los planes chilenos de apoderarse de las riquezas.