Existen declaraciones contradictorias
• Mientras el Comandante de la Policía aseguró que se encontraron rastros de dinamita después del segundo atentado; el Comandante Departamental de Oruro declaró la investigación en reserva • Políticos aprovechan desinformación para “especular”
A cinco días de la primera explosión y dos de la segunda, ambas registradas en el departamento de Oruro, con escasos metros de distancia, la Policía Boliviana aún no ha hecho conocer los resultados del peritaje forense para explicar las causas de estos siniestros, que han causado la muerte de 12 personas y casi 60 heridos durante el Carnaval en Oruro.
La escueta información emitida por las diferentes autoridades policiales reveló ayer contradicciones sobre las posibles circunstancias de los siniestros y el hermetismo para brindar la información.
Mientras en la mañana de ayer, en el Palacio de Gobierno, el comandante nacional de la Policía Boliviana, general Faustino Mendoza, aseguró que la primera detonación registrada el sábado se debió a la explosión de una garrafa de gas licuado y que en la segunda se halló un detonador de aluminio, con el cual se explotó más de tres kilos de dinamita mezclada con Anfo, (mezcla con nitrato de amonio apta para labores mineras que tiene la facultad de redoblar la dimensión de la explosión), por la tarde, el comandante departamental de Oruro, coronel Rommel Raña, aseguró que el caso está declarado en reserva.
Raña se limitó a señalar que se reforzó el equipo de los investigadores de las explosiones del carnaval y que se decidió “declarar en reserva las investigaciones sobre la explosión”, que se suscitó el martes de ch’alla.
“Permítannos reserva en las investigaciones. Nosotros vamos a trabajar de manera seria y responsable para dar con los autores de este hecho”, declaró el jefe policial.
Hasta el cierre de edición, no se conoció el informe pericial anunciado por el general Mendoza sobre el análisis de los elementos colectados en las escenas de la explosión en las calles Bakovic y Caro.
Sólo ayer, personal del Instituto Técnico Científico de la Universidad Policial, equipos Táctico Operativo, además de expertos en explosivos, llegaron a la ciudad de Oruro con la finalidad de esclarecer los hechos.
En tanto, persisten diferentes versiones respecto de las circunstancias en que se dieron las explosiones, que no pueden ser catalogados de “atentados” pero tampoco se los identifica como “accidentes”, hasta que no exista un documento oficial que determine la realidad de la situación.
Pese a la falta de información oficial y la pérdida de 12 vidas, el tema fue utilizado políticamente, tanto oficialistas como opositores al Gobierno iniciaron la cadena de especulaciones, a través de diferentes medios, ingresando incluso en acusaciones en redes sociales.
Si bien estas últimas jugaron papel importante para captar información y testimonios en tiempo real y desde el lugar de los hechos, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, responsabilizó a las redes sociales por la “ola de pánico” que se presentó el martes en el país en general, después de la segunda detonación en Oruro.
En contradicción fue el propio presidente del Estado, Evo Morales, el primero “en poner en duda” que el primera explosión se haya debido a una de garrafa; pese a que el momento en que se expresó a través de su cuenta de Twitter, aún no había apreciación policial oficial alguna. La carencia persistió hasta el cierre de la presente edición.
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