Una luz mata el virus de la gripe en el aire con seguridad

Un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) ha llevado a cabo un hallazgo con gran potencial: ha descubierto que la luz ultravioleta tiene la capacidad de matar los virus de la gripe en el aire sin dañar los tejidos humanos. Gracias a este avance, en el futuro se podrían desarrollar lámparas para destruir el virus y poner a esta enfermedad contra las cuerdas. 

En concreto, en su investigación, los científicos han observado que las dosis bajas continuas de luz ultravioleta C lejana (UVC) tienen la facultad de acabar con el virus de la gripe. La luz UVC de amplio espectro, con una longitud de onda de entre 200 y 400 nanómetros, es conocida por su capacidad para destruir los enlaces moleculares que mantienen unido el ADN de bacterias y gérmenes, por lo que resulta muy efectiva para matar microorganismos. 

Precisamente por esta cualidad se utiliza en la actualidad para desinfectar equipos quirúrgicos y otros materiales. No obstante, la luz UVC convencional también resulta dañina para la salud de las personas y puede provocar cáncer de piel y cataratas. Por este inconveniente está prohibido su uso en espacios públicos.

Hace algunos años, este equipo de científicos se planteó la hipótesis de que un espectro llamado luz ultravioleta C lejana podría eliminar los microbios sin afectar a los tejidos humanos, ya que tiene un alcance muy limitado y no puede penetrar a través de la piel. Sin embargo, “como los virus y las bacterias son mucho más pequeños que las células humanas, la luz ultravioleta puede alcanzar su ADN y matarlos”, afirma David J. Brenner, director de la investigación.

Para analizar la eficacia de la luz UVC, llevaron a cabo un experimento en el que liberaron el virus H1N1, que es una de las cepas más comunes del virus de la gripe, en una cámara con dosis muy bajas de radiación ultravioleta. La capacidad germicida eliminó el virus satisfactoriamente, por lo que la instalación de lámparas con esta luz en lugares públicos como hospitales, escuelas, estaciones y demás instalaciones podría convertirse en una poderosa herramienta para controlar las epidemias de gripe estacionales.