La página literaria
María Alicia Domínguez
Por la luz del día,
por su antigua lámpara que es tuya y es mía,
cantemos unidos canción de alegría.
Por la flor del lino que es como un mensaje
del cielo al paisaje,
por la estrella de oro que cayó en el agua,
por el sorbo frío
del agua del río,
que templó en la siega nuestra sed de fragua;
por la tierra parda que es tuya y es mía,
cantemos unidos canción de alegría.
Sean como cuentas de coral rosado
todas nuestras horas de siembra y fatigas,
porque en las espigas
el Tiempo nos tiene ya el oro acuñado.
Porque tras la noche viene siempre el día,
cantemos unidos canción de alegría.
Porque acaso muertos
seremos follaje de risueños huertos,
o piedras viajeras,
quizá astros lejanos,
parvas en las eras,
flores de manzanos.
Por el renovarse,
por el superarse,
por la rueda eterna, por la eterna vía
que le espera a tu alma junto con la mía,
cantemos unidos canción de alegría.
Porque espesos velos ocultan auroras,
porque somos hijos de infinitas horas,
porque nos iremos
pero volveremos. . .
Por la eterna sombra que es tuya y es mía
como hoy lo es el día,
cantemos unidos canción de alegría.
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