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[Alberto Zuazo]

El Rabí de Nazareth


En fecha cercana al inicio de la Cuaresma, se ha publicado un libro de gran valía para estos momentos de recogimiento y consagración. Lleva como título “El Rabí de Nazareth”, su subtítulo es: “Y la semilla de mostaza”. Tiene como autor principal al consagrado intelectual y diplomático Ramiro Prudencio, quien se halla secundado en la producción de la obra por su hijo Gonzalo Prudencio.

Se trata de una espléndida novela histórica dedicada a la religión católica, la que, como es de rigor, se halla inmersa en la vida de Jesús, así como en las bases sustantivas que tuvo para su crecimiento como creencia de fe, al punto de haberse situado en el primer lugar del asentimiento popular.

A manera de explicar la producción del libro, los autores exponen que “Uno de los motivos que nos incitó para dedicarnos a esta obra fue que, sorprendentemente, hay pocas novelas sobre Jesús. Muchos libros se ha publicado acerca de él, pero son trabajos de investigación histórica, destinados más propiamente a eruditos y gentes de alta preparación académica. Mientras que, con una novela, se puede llevar la vida y obra del Rabí de Nazareth a cualquier persona, independientemente del grado de conocimiento que tenga sobre el tema”.

Desde el punto de vista social, el libro es muy oportuno porque su lectura puede enderezar muchos comportamientos y conductas que tienden a predominar en la vida de la humanidad. En el caso de Bolivia, llamar a la reflexión a quienes se están excediendo en el consumo de bebidas alcohólicas, sin que consideren que ello no les aporta ni conduce en nada a llevar una vida sana y grata, además que sea respetable y digna de secundarla.

Más bien, las malogran en todo sentido. En lo personal, familiar y social con sus efectos negativos en cuanto a la administración de los ingresos económicos que se percibe, como resultado de la formación alcanzada y los esfuerzos desplegados para acceder cada vez a mejorar sus ingresos.

Peor todavía, a malgastar lo poco o mucho que se gane en el trabajo, pues se pierde oportunidades de disfrutar mejor de la vida en lo personal y familiar, asegurando la buena alimentación, el buen vestir y darse comodidades que proporcionan la posesión de una vivienda propia, de un vehículo, con el que se puede facilitar el transporte de todos los miembros de la familia, así como realizar paseos y viajes de turismo. Por último, darse los gustos personales que se puede satisfacer en los distintos órdenes de la vida.

A propósito, resulta apropiado anotar aquello que los autores explican con lo de la “semilla de mostaza”. “En dicha parábola -exponen los autores-, Jesús menciona que ella, siendo la más pequeña de las existentes, “pero si llega a germinar, se podía convertir en el arbusto más grande y frondoso del antiguo Israel”.

Incursionando en la mayor profundidad que tuvo la semilla, expresan: “Pues, bien, ¿cómo un hombre que fue condenado a sufrir una muerte atroz (en la cruz) pudo llegar a ser el elemento fundamental de la revolución religiosa más importante de la historia de la humanidad? Según el Deuteronomio, el Dios de las sagradas escrituras, Jehova, no podía permitir que uno de sus hijos pudiese recibir tan indigna e ignominiosa muerte. En consecuencia, sólo los desamparados por Dios, los maldecidos por el Eterno, podían recibir tan espantoso castigo. Pero Jesús no fue sólo condenado por la divinidad, sino también por los hombres. La gran mayoría de la gente que presenció su juicio exigió vehementemente que el procurador romano Poncio Pilato lo crucificara. Es decir, Jesús fue repudiado no sólo por Dios sino también por los seres humanos”.

El libro, empero, destaca que ¿Un hombre así castigado, qué pudo transmitir a sus discípulos para que continuasen su obra? Pues les había dejado simplemente una semilla de mostaza. ¿Y cuál era ésta? El amor y veneración de los discípulos por el maestro. Esto parece poco como para provocar una gigantesca revolución religiosa. Pero si se recuerda que la Academia fundada por Platón subsistió más de mil años, es decir, mucho más que cualquier universidad contemporánea, se puede hacer una analogía con Jesús. La Academia perduró tanto, sólo por la admiración y veneración de los discípulos por ese gran filósofo”.

Así, como es posible apreciar la calidad del libro, por la lectura de unos dos párrafos, el libro de Ramiro Prudencio y de su hijo Gonzalo, recoge datos que impactan a cualquier persona, con más intensidad al lector, porque de principio a fin es un texto de excelencia para la cultura en general, pero, en este caso, a todo cuanto concierne a la religión católica, pues recoge todas sus grandezas y limitaciones con pleno conocimiento de causa y, por tanto, brinda al lector un producto bien sazonado en cuanto a cultura y respecto a los múltiples alcances que tiene la historia de la religión católica por la solidez de su doctrina y su prédica, que se reduce a muy pocos principios, pero que por su calidad y riqueza conceptual iluminan a la conciencia humana como si fuera el don de la vida.

 
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