Es un proceso de rompimiento de legitimidad de Evo Morales

El presidente Evo Morales, quien gobierna el país desde hace 12 años consecutivos, atraviesa por un proceso de pérdida de legitimidad por el “subterfugio leguyesco” al que recurrió el MAS para lograr que el Tribunal Constitucional (TC) emita una sentencia a favor del mandatario para que este pueda repostularse de forma indefinida, hecho que contradice los resultados del referéndum (2016) y sobre todo va en contra de la voluntad de la población que le dijo que “No” puede volver a repostularse, según el análisis de Raúl España, sociólogo y director del Instituto de Investigación de la Carrera de Sociología de la UMSA.

“Estamos viviendo un momento en que se está tendiendo a romper la legitimidad de la constitución de las autoridades del país. El 21 de febrero de 2016 (referéndum), ha sido un punto de inflexión para el Gobierno que planteó la posibilidad de extender el mandato, pidiendo autorización al pueblo y como el pueblo es soberano ha negado esa posibilidad”, explicó España.

Sin embargo, a través de un “recurso abstracto de inaplicabilidad de artículos de la Constitución Política del Estado y de la Ley 026 de Régimen Electoral” que plantearon los legisladores oficialistas al TC, éste habilitó con una Sentencia Constitucional (SCP) 0084/2017 a la repostulación indefinida, a la que denomina “subterfugio leguyesco”, sostuvo el entrevistado.

“Entonces ha buscado un subterfugio y este ha trabajado con el TCP, con lo que se ha provocado la ruptura de la voluntad popular, un subterfugio leguyesco que pone en cuestión la legitimidad de la postulación”, aseguró España.

En ese contexto, deja de ser creíble el discurso del mandatario, quien sostiene que justifica su intención de aferrarse al poder con el argumento que fue elegido por la mayoría de votos.

“Estamos agotando y perdiendo una gran oportunidad que se abrió el año 2005 con la elección de Evo Morales, es decir se está rompiendo con esas expectativas que tuvo la gente en ese momento, porque con la lógica del poder por el poder, se está distorsionando y para conservar el poder se apela a reproducir viejas lógicas del pasado como el prebendalismo, el clientelismo, etc.”, afirmó España.

“Ahora, el pueblo como es sabio” –aseguró– pide que se respeten las reglas democráticas, es decir, “el poder debe rotar de manos para evitar que haya concentración de poder, el cual nos conduciría cada vez a que se asiente más al autoritarismo y el control total del poder; esto implicaría que las posibilidades del juego y la dinámica democrática se vaya cerrando cada vez más”, argumentó Raúl España.