A medida que la pareja se va consolidando, en paralelo se va debilitando. Bajo la falsa creencia de que el amor permanece, pase lo que pase, hagamos lo que hagamos, empezamos a descuidar al otro. Hay falta de iniciativa en el amor -que pareciera lo más estable- en pos de los pendientes disfrazados de “urgencias” que surgen a diario.
Es habitual en los seres humanos: cuando tenemos algo asegurado, nos aburre. Sentimos que nada tiene para decirnos y creemos que cualquier otra cosa es más importante.