Grupos de jóvenes buscan ser integrados a sociedad

Guillermo Gutiérrez psicólogo de profesión, afirma que las pandillas en la ciudad de El Alto, es el resultado de su invisibilidad en la que se encuentran los niños y adolescentes, quienes no son tomados en cuenta por ninguna instancia pública o privada, su objetivo ser reconocidos por la sociedad.

"Si las pandillas, desde los estudios efectuados en América Latina y Norteamérica representan a la organización espontanea de jóvenes, quienes buscan un espacio para ser visibles en su sociedad, su barrio y su familia, el cual está compuesto por el mundo adulto, quienes a pesar de haber sido en algún momento componentes de esas organizaciones, prefieren no trabajar en beneficio de dichos grupos sociales".

INFLUENCIA DE LÍDERES

Para Gutiérrez, las "pandillas" buscan ser reconocidos por su entorno social y hasta familiar, captando entre sus componentes a sus iguales en edad, problemática y hasta situación socio económica. "Muchas de las pandillas si bien tienen su origen en el barrio o en establecimientos escolares, en una primera instancia no están relacionados con actividades ilícitas, todo dependerá de los líderes que lleguen a dichos grupos juveniles, quienes serán los que en última instancia influyan en el resto, para que determinado grupo se convierta en un factor de riesgo social", explicó.

BARRIOS POBRES

En la ciudad de El Alto, hasta el 2014, el 80% de las pandillas eran calificadas de delictivas, de las cuales entre 70 y 100 pandillas se encontraban ubicadas en los distritos municipales de menor desarrollo urbano, quienes en su proceso de identificación, fueron ocupando las zonas urbanas con la finalidad de ejercer su actividad en barrios de mayor actividad económica.

Las “pandillas” en la mayoría de los casos llegan a ser dirigidas por personas adultas o por quienes con antecedentes penales, influyen a la organización con la finalidad de convertirlas en organizaciones violentas, mencionó Gutiérrez.

CASI EMPRESAS

En tanto que en las investigaciones del norteamericano John Hagendorn asegura que pandilla es un "un grupo de jóvenes sin supervisión que se define a sí mismo como 'pandilla' y desarrolla sus propias normas y criterios de membresía". Los integrantes de la pandilla son más sensibles a la socialización de sus pares que los agentes convencionales de relación, convirtiéndose así en una entidad cuasi institucionalizada en sus barrios, asentamientos marginales o aún en las prisiones. Muchas veces esta versión institucionalizada deviene en verdaderas empresas, que operan en el marco de la economía informal, y algunas a nivel internacional, incluso llegan a tener vínculos con cárteles criminales. Estas "pandillas" comparten identidades raciales o étnicas, y una cierta cultura de oposición, indica el artículo.

Algunas Organizaciones No Gubernamentales en el territorio nacional, a nivel urbano buscan trabajar con grupos juveniles, con la finalidad de establecer su rehabilitación y modificar sus hábitos de conducta, control de sus actos, y motivación. De igual manera, el trabajo comunitario brindaría apoyo social y económico a los jóvenes que más lo necesitan, ya que, muchas veces, la necesidad es un factor de la delincuencia.