El lunes 22 de enero S.E. afirmó que la “deserción” (término militar, lo técnico es “abandono educativo”) bajó del 100% a un 24% +/-. Habló de todo, interrumpido por aplausos (de foca) perjudicando su comprensión. No dijo ni pio de la convulsión política que vive el país por el irrespeto al 21F. También leí dos notas: 1) que el Modelo Educativo Socio Comunitario (MESC) supone una formación integral y holística a través de dimensiones: Ser, Saber, Hacer y Decidir, que consolidan la identidad nacional. Un aprendizaje desde y para la comunidad con criterios prácticos, teóricos, valorativos y productivos sustentado en contenidos ancestrales. Practica tres lenguas: originaria, castellano y extranjera. 2) La otra reflexiona -tautológicamente- sobre la Disciplina Positiva (DP) de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs (1937) como métodos no tradicionales y tolerantes que incorporan la amabilidad y al mismo tiempo la firmeza (disciplina), desechan la flexibilidad colonial en la educación.
¿Qué educación promueve el MESC? Respuesta difícil, ¿por qué? 1) Se entrega bonos a los alumnos(as) por su asistencia, 2) ya no hay reprobados, 3) hay “normas” que parecen fomentar la desidia, abulia e indisciplina. Es paternal (¿o improvisada?). S.E., por ejemplo, sugiere “cero celulares en aulas escolares”, que devalúan el uso de las “mochilas interactivas” (que requieren el QR de celulares) “regalo” de la comuna paceña con un costo de $14 MM, que probablemente, al igual que los Quipus; terminen en el mercado negro o en el basurero. ¿De qué educación se habla?, si los alumnos(as) han sido obnubilados, empujados a “imitar” tópicos de una cultura inmaterial; muy arraigada al festejo, a ocio, fiesta, ritos, mitos teocráticos, entradas (folklóricas) a guisa de rescate cultural. Eventos “deportivos” (pluriculturales) que eximen casi el 50% de las horas pizarra.
Por ello, el MESC debe -pues así lo estipula la CPE- explicar, antes de hablar de deserción, ¿qué educación propone? Me permito dos tópicos cruciales: la ley 1.565 promovía las competencias (integrando lo cognitivo, emotivo y ejecutivo) para un aprendizaje por Descubrimiento, donde el alumno(a) construía e interrelacionaba conocimientos para generar uno nuevo, acorde a sus necesidades pedagógicas, entre otros. El MESC habla de objetivos holísticos (¿?) y un aprendizaje desde y para la comunidad ¿Qué es eso? No devela su propósito pedagógico, de hecho es confuso, paternal, colonial, asistencial, tolerante y punitivo, al extremo de que la autoevaluación, del alumno(a) termina muchas veces en chacota.
El MESC antepone la “instrucción” (anti-pedagógica e instrumental, repetitiva) a la educación (reflexión, análisis y aprendizaje). Inhibe la toma de conciencia e identidad, las actitudes para la resolución de problemas y creatividad. Por ello, fomenta -más- la ignorancia, el individualismo, la indisciplina, contrario a la amabilidad y firmeza (disciplina) propuesta por Adler. Devalúa las competencias producto de la reflexión, análisis, comprensión: el alumno(a) solo “repite de memoria” alguna información (que no es conocimiento) para privilegio de un poder (populista) populista y de un magisterio “salarialista”, abúlico, que prefiere instruir (repetir) antes que educar. Por ello se habla de una “generación perdida” (sin sentido común). Los alumno(as) egresan para ser parte de una sociedad para lo que no están preparados(as). En consecuencia, el jolgorio instructivo degrada la educación.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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