Trata de personas, problema latente

La Trata de personas es la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, como rapto, fraude, engaño, abuso de poder o por una situación de vulnerabilidad o mediante concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación.

Las víctimas de trata pueden ser trasladadas dentro o fuera del país, siendo privadas de su libertad para ser explotadas en distintas formas. Entre las más comunes en Bolivia tenemos la explotación laboral, explotación sexual, tráfico de órganos y empleo en actividades delictivas.

Según datos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de La Paz, División Trata y Tráfico, cada día hay al menos tres denuncias, en promedio, de personas que se extravían de sus hogares, la mayoría son menores de edad y de sexo femenino. Esto nos llama la atención y nos hace reflexionar para adoptar medidas preventivas y de seguridad, pero sobre todo para conocer algunos aspectos que nos pueden ayudar a saber si se está dando esta situación en nuestro entorno.

Las víctimas de trata son captadas a través del abordaje personal. El tratante se acerca a la víctima de manera directa, se gana su confianza y luego la convence de acompañarlo, para después explotarla. Mediante agencias de empleo informales ponen anuncios y ofrecen trabajos con excelentes remuneraciones, con pocos requisitos, sin experiencia y en algunos casos ofrecen a las víctimas salir de su ciudad. Los empleos ofrecidos son generalmente para: modelos, empleadas domésticas, talleres textiles, atención de karaokes, salas de masaje, clubes privados, pubs, como bailarinas, damas de compañía y otras actividades.

Avisos en medios de comunicación aparecen para atraer a las víctimas con falsas ofertas de empleo y de servicios; también a través de redes sociales. Los tratantes de personas usan las nuevas tecnologías y captan a sus víctimas aprovechando su ingenuidad y descuido. Finalmente cometen este delito a través del rapto o la sustracción de personas, en salidas de colegios, en calles y otros lugares concurridos; someten a las víctimas y las obligan a ingresar a vehículos para después trasladarlas para explotarlas.

Los tratantes pueden ser personas conocidas o desconocidas, vivir en el barrio, ser amigos y hasta familiares; los mismos suelen acercarse a sus víctimas de forma amable o amistosa, ofreciendo invitaciones, regalos, dinero, viajes, mayores oportunidades de trabajo y mejor calidad de vida. En muchos casos directamente proceden a un rapto o secuestro.

Para prevenir este delito recomendamos a los padres que dialoguen y mantengan una estrecha comunicación y confianza con sus hijos. Es necesario que conozcan a los amigos de sus hijos; recomendándoles que no reciban regalos ni entablen conversaciones con extraños y mucho menos proporcionen datos personales. Es importante que su hija/o conozca la dirección exacta de su casa, y números telefónicos, también los números de emergencia (RP-110, PAC, etc.).

Si le ofrecieron un trabajo a su hija/o en otro departamento o país, averigüe quién o quiénes le hicieron el ofrecimiento y póngase en contacto con esas personas antes de tomar una decisión. NO permita que sus hijos viajen solos o en compañía de extraños siendo menores de edad; acompañe a sus hijos(as) menores a lugares concurridos, no deje que sus hijos menores asistan solos a la escuela, recójalos y déjelos. Controle a sus hijos sobre el acceso ilimitado al Internet y que envíen información personal, direcciones e imágenes personales por las redes sociales y enséñeles que no se citen con personas que hayan conocido en la red. Recuerde que la seguridad de sus hijos primero depende de usted, como padre o madre de familia.