“The Post”, nominada a mejor película

“The Post” o “Los archivos secretos del Pentágono”, producida por Steven Spielberg, que se proyecta en salas cinematográficas bolivianas, se encuentra nominada al Premio Óscar 2018 como mejor película. Al respecto, el crítico de cine Marco Antonio Barrón realizó un comentario sobre el filme.

SINOPSIS DE LA PELÍCULA

Estados Unidos, 1971. El director del Washington Post Ben Bradlee (Tom Hanks) y la editora Katharine Graham (Meryl Streep) descubren una filtración con documentos que demostraban que la administración del presidente Lyndon B. Johnson había mentido a los ciudadanos sobre la guerra de Vietnam.

Tras la decisión de este periódico de publicar los Papeles del Pentágono, se produjo un gran escándalo y una batalla sin precedentes entre periodistas y Gobierno. Esta polémica revelación llegó incluso a dañar a la administración del sucesor de Johnson, Richard Nixon.

COMENTARIO DE BARRÓN

Es la historia de un episodio de la historia del periódico Times de Nueva York, cuando la propietaria, Katherine Graham (Meryl Streep), se hace cargo de su dirección, un espacio predominantemente masculino, luego del suicidio de su esposo y lo que deviene a continuación, con la publicación de papeles clasificados sobre la Guerra de Vietnam.

Así, The Post, “Los oscuros secretos del Pentágono” en castellano, a partir de la historia de una mujer enfrentada a un ámbito masculino, con el episodio de los documentos clasificados que salen a la intemperie, pasa a ser también una historia sobre los avatares de la información y sus albures, en un país que toma a la libre expresión como una de sus razones de ser.

Si “Los oscuros secretos” se limitaría a dar a conocer la vida cotidiana en un periódico (incluso si se tratase del Times de N. Y. vaya) la cosa acabaría ahí. Spielberg, sin embargo, aspira a más, y logra culminar satisfactoriamente sus propósitos en un, pongamos, setenta por ciento.

Intenta pues ahondar en los escrúpulos en torno a qué, cuánto, cuándo, cómo debe estar informada la población, para ello procede a diálogos entre lo que debe hacerse y lo que no, dramático desiderátum encarnado en Ben Bradlee (Tom Hanks), llegando a la conclusión de que sí el pueblo norteamericano debe ser informado, cueste lo que cueste, en torno al espinoso tema de la Guerra del Vietman y recovecos tales como, quién y por qué, de algunos de los más altos jefes mandaron a morir a alrededor de 200.000 norteamericanos.

Planteadas así las cosas, el film pasa a dilucidar el dilema moral de, dejar las cosas como están, en función de altas razones de Estado y del libre mercado o revolver las aguas, crear olas y a ver quién cae: dilema y drama ético, por cierto.

Si nos atenemos, al exiguo número de estatuillas al Óscar a que ha sido nominado “The Post” y en categorías de segunda fila, colegimos por qué.

Una de las preocupaciones más arraigadas en el ámbito protestante es el de la ética y éste filme trata precisamente de eso, pero no por un Wasp (blanco, anglosajón, protestante), sino por un judío (Spielberg lo es), pueblo que, evidentemente, es autor de un libro famoso, pero ¿de ética? se ocuparon los griegos; los judíos inventaron, según Harold Bloom, el resentimiento y un Dios.