El emergente sistema capitalista que impera en el país se ha visto notablemente fortalecido en meses recientes gracias a decisivas medidas económicas dictadas por el gobierno de Evo Morales Aima, presidente del Estado Plurinacional. Esa serie de disposiciones confirma, una vez más, que la economía boliviana se desarrolla con la forma capitalista de manera inevitable e inexorable, pese a los deseos seguidos de insistentes alocuciones contrarias a ese sistema.
Esas medidas oficiales vigorizan en forma efectiva a la clase empresarial grande del país, la llamada “burguesía nacional”, cuyo crecimiento acelerado no solo garantiza su existencia sino el crecimiento de su influencia en la vida política nacional. La lista de las recientes disposiciones que fortalecen al sistema capitalista nativo, comprende por lo menos los siguientes puntos:
1.- Impulso al libre comercio con países vecinos y de otros continentes.
2.- Apoyo sostenido al sistema bancario para desarrollar aún más el capital financiero privado.
3.- Liberación de las exportaciones de productos agrícolas (soya, carne, alcohol, azúcar, etc.) a favor de la gran agroindustria oriental.
4.- Aprobación de un decreto supremo que abre las puertas a la inversión privada nacional y extranjera para que pueda invertir en proyectos públicos y conformar alianzas con organismos territoriales autónomos.
5.- La reciente medida que autoriza a las firmas constructoras nacionales legalmente constituidas a tener participación hasta el 40 por ciento del total con los grandes contratos del Estado con firmas internacionales en las obras adjudicadas, liberación en forma paulatina de las boletas de garantía y otros.
6.- Ilimitada concesión de contratos directos de las empresas públicas con empresarios nacionales.
En suma, esas medidas favorecen al crecimiento del sector social de los grandes empresarios y el desarrollo de las empresas de tipo capitalista, siendo el caso más destacado el convenio entre el Estado y la Confederación de Empresarios Privados, firmado el 3 de febrero pasado.
En forma general, se libera a los grandes empresarios capitalistas de varias trabas y se les facilita un salto en su desarrollo capitalista, inclusive con más preferencias que las dictadas por gobiernos anteriores calificados de neoliberales, entreguistas, etc. Con los seis puntos señalados, la gran clase empresarial goza de grandes ventajas para su más rápido enriquecimiento y amplio y libre desarrollo capitalista.
Un aspecto que sobresale en esta política económica liberal es que las medidas dictadas tienen origen en sugerencias del empresariado nacional, en acuerdo mutuo con representantes del Estado y estudiadas en “mesas de trabajo conjunto”, inclusive “luego de más de 3.500 horas de reuniones en los dos últimos años”, según sostuvo el presidente de la Confederación de Empresarios Privados, Ronald Nostas.
Esas medidas entraron en aplicación en momentos preelectorales, dificultades internas en el gobierno, problemas para alcanzar un PIB de 45%, la cuestión de la repostulación de Evo Morales, etc. En todo caso, se trata de francas medidas a favor del desarrollo de la clase capitalista y de ninguna manera, disposiciones de tipo socialista o anticapitalista.
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