Comercio Justo favorece a cinco productos bolivianos

Bolivia tiene muy pocos productos certificados con el sello de Comercio Justo o Fair Trade por su denominación en inglés. Son exactamente cinco, entre los cuales se encuentran textiles, cacao, quinua, café y castaña.

Pese a las condiciones adversas, la Asociación de Artesanos Señor de Mayo lleva más de 20 años trabajando de forma colectiva y autogestionaria con los artesanos de El Alto, la ciudad más grande en extensión que La Paz.

Exportando productos de alta gama, que van desde textiles de alpaca hasta instrumentos musicales andinos, llegaron a convertirse en una de las empresas más importantes y exitosas de Bolivia, generando puestos de trabajo dignos y (re)valorizando el talento de los artesanos y sus saberes ancestrales.

“Pero no se trata solamente de comercio justo, sino que es un trabajo de reivindicación de los derechos de los habitantes de El Alto y de todos los artesanos de Bolivia”, dijo el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su página web.

SITUACIÓN

Sin embargo, el sector de artesanías y textiles es el más golpeado por las políticas del Gobierno. Juan Carlos Moscoso, responsable de la Asociación Artesanal Boliviana, “Señor de Mayo”, Asarbolsem, dijo que de los cinco sectores el más perjudicado resultó ser la Asociación que dirige, debido al fuerte impacto del tipo de cambio y las políticas laborales de permanentes incrementos salariales que dispone el Gobierno anualmente.

“Si no era por nuestra creatividad y el enfoque de nuestras actividades en el marco de la economía solidaria, no hubiéramos logrado permanecer en el mercado”, dijo Moscoso, quien señaló que en los mejores años Asarbolsem dio empleo a 700 mujeres tejedoras y expertas en artesanías, mientras que al presente la actividad se achicó y sólo da empleo a 50.

“ATREVIDA”

Una de las pioneras del comercio justo en Bolivia fue su madre, Antonia Rodríguez, quien levantó la Asociación invirtiendo un dólar. “Ella ha sido muy atrevida, pues demostró que sin capital financiero era posible impulsar una actividad basada en el desarrollo de los recursos humanos”, dijo Moscoso.

Rodríguez fue Ministra de Desarrollo Productivo, pero donde descolló fue en el desarrollo de las destrezas de mujeres que con carga social fueron capacitadas para enfrentar desafíos de otros países que ofrecen artesanías y textiles muy similares a los que se producen en Villa Juliana, en la populosa zona 1 de Mayo de El Alto.

EL SALVADOR

José Luis Casuso dijo desde El Salvador que actualmente la certificación que acredita que un producto pueda ser considerado dentro del Comercio Justo se encuentra en 22 países y que un productor para obtener tal certificación debe pagar previamente 3 centavos de dólar, que generalmente es cubierto por el importador.

Casuso sostuvo que se observó un importante crecimiento en el sector, debido a que el consumidor de los países desarrollados valora las condiciones de los bienes que consume bajo el etiquetado de, Fair-Trade. “Un consumidor de Estados Unidos está en condiciones de pagar 50 centavos de dólar adicionales por una taza de café que tenga esa acreditación”, dijo un comentarista desde Nueva York en un programa de televisión universitaria de Sucre, donde participó Casuso.

PRODUCTORES

Manifestó que –por ejemplo– los productores de banana reciben el incentivo de un dólar por caja. Al igual que el café y otros productos, la certificación del sello de Comercio Justo puede encontrarse en supermercados que valoran el origen natural y la producción orgánica de alimentos.

REQUISITOS

Para obtener la certificación, las asociaciones de productores deben cumplir con ciertos requisitos. Las asociaciones o cooperativas de agricultores tienen que funcionar de manera democrática. También hay reglas sobre la forma en que hay que administrar el premio de Comercio Justo, y existen requisitos específicos para algunos productos, dirigidos a proteger el medioambiente.

MERCADOS

“El programa Comercio Justo trabaja para mejorar el acceso a los mercados y las condiciones comerciales para los pequeños productores y los trabajadores en plantaciones agrícolas. Para alcanzar esto, el Comercio Justo contempla un precio mínimo garantizado por el producto que se exporta, más un premio, dinero que las organizaciones de productores deberán usar para mejorar las condiciones de la comunidad”, explicó la FAO.