Ronda de la caridad

David Foronda H.

Indudablemente que en el país y el mun-do hacen falta cada vez más, instituciones que se ocupen de llenar una serie de vacíos por los que atraviesan los desvalidos que suman decenas de millones. Es en este campo que se destaca ampliamente la Legión de la Buena Voluntad, LBV, ente que a través de su programa “Ronda de la Caridad” pretende colmar las expectativas de cientos de niños de nuestro país carentes de lo necesario para en-carar una vivencia digna. Si todos estarían decididos a actuar con “buena voluntad”, se dice que el mundo y sus sociedades diversas serían otra cosa: lugares más agradables para vivir.

En Bolivia, la LBV, a través de sus directores Moisés Franchi y Rosely García, ya desde hace varios años cumplen una destacada labor en beneficio de la niñez y sus familias que aguardan la mano amiga y protectora de esta Institución. Es así que, indican, “la LBV, a través de la Ronda de la Caridad, tiene el objetivo de mitigar el hambre y brindar apoyo espiritual a personas en riesgo social y llevarles una palabra de aliento, a través de las enseñanzas de los valores tan necesarios a nuestra sociedad. La alimentación es variada y nutritiva, los niños todos los días consumen carne, verduras, postre, frutas y jugos”.

Se da cuenta que en la actualidad la ac-tividad es realizada en la ciudad de El Alto, en la Urbanización Buena Vista del distrito 7, donde tres veces por semana atiende a 200 niños y niñas. Mientras que en la ciudad de Santa Cruz, este programa se hace extensivo en el Plan 3000, donde 160 ni-ños y niñas de 2 a 14 años son atendidos diariamente. Asimismo, dentro de las actividades que cumplieron hasta el pasado año, se hizo conocer que ejecutaron charlas sobre prevención del alcoholismo, cursos de llaveros reutilizando las bolsas de nylon, explosión de manualidades y trabajos, cursos de panadería y panetone, adornos navideños, chocolate, concursos de creatividad, entre muchos otros. También procedieron a obsequiarles canastones navideños que les fueron entregados en una fiesta de fin de año, acompañados de juguetes para los niños.

Ciertamente que la LBV, cuyo principal ejecutivo y misionero es José de Paiva Netto, lleva un mensaje de paz y amor a distintos lugares del mundo. Con “buena voluntad”, es evidente, siempre se podrá hacer muchas cosas positivas por las familias y niños que carecen de lo más elemental, logrando de esa manera que sus tiernos rostros puedan esbozar sonrisas de alegría y esperanza.