Te presento al Sol

Aparece con el amanecer, nos llena de luz y nos anuncia un nuevo día.

Lejano, resplandeciente y misterioso, ha-

ce muchos siglos los pueblos asociaron al Sol con algo sobrenatural, convirtiéndose así en dios para muchos de ellos. En Mesopotamia le decían Shamash, en Egipto fue el todopoderoso dios Ra. En Grecia se representaba en las figuras de Helios y Apolo, en México los aztecas lo adoraban bajo el nombre de Tonatiuh, y en en-tre los aimaras de la región andina de América del Sur era venerado y conocido como tata Inti.

En el siglo III a.C. el astrónomo griego Aristarco de Samos fue el primero en sugerir de que la Tierra gira en torno al Sol y fue el clérigo y astrónomo polaco Nicolás Copérnico quien en 1512, alteró definitivamente el concepto del hombre acerca del cosmos, al cambiar la Tierra por el Sol como centro de nuestro sistema.

Se acerca el Sol a los hombres, con la invención del telescopio (1608). El físico y astrónomo Galileo Galilei descubre las manchas solares. Shwabe y Dessau, comprueban cómo estas manchas se producen por explosiones termonucleares cada once años.

Más tarde, con el desarrollo de la astrofísica, se da a conocer que el Sol es simplemente una estrella más que vemos brillar en el firmamento, aunque nos parece más grande debido a que está relativamente más cerca de la Tierra.

También los eclipses solares perdieron su misterio al comprobarse que son producidos cuando la Luna se coloca entre la Tierra y el Sol. Estas grandes sombras que oscurecen al radiante astro, en parte o totalmente, ocurren siempre en época de luna nueva.

Hoy gracias a los avances de la ciencia, conocemos tanto del Astro-Rey que los antiguos se sorprenderían, aunque todavía nos queda mucho por descubrir.

Sabemos que está situado en el centro del sistema llamado por su nombre Sistema solar y a 150.000.000 kilómetros de distancia de la Tierra y que tiene un diámetro de 1.390.500 kilómetros. ¿Te figuras a un Sol que pesa 332.500 Tierras juntas? Pues ése es el peso de este gran astro. Por otro lado, la distancia media entre la Tierra y el Sol es de unos 150 millones de kilómetros, y la luz solar tarda unos ocho minutos en llegar hasta nosotros.

El Sol es parecido a un gran conjunto de bombas de hidrógeno haciendo explosión una tras otra, a causa de las reacciones termonucleares que ocurren en su centro. Todas estas explosiones se convierten en ondas que atravesando el Sol salen al espacio como torrente de luz. Además, se supone que tiene una capa in-activa, donde está almacenado suficiente combustible para que siga brillando miles de millones de años más.

¿Te parece fantástico todo esto?

Nuestra radiante estrella diurna determina el fenómeno de la fotosíntesis, mediante el cual, por acción de la clorofila, las plantas verdes expuestas a la luz solar absorben el anhídrido carbónico del aire, fijan el carbono, y con las sales y agua absorbida por la raíces sintetizan materias orgánicas y desprenden oxígeno, elemento vital para la vida.

Esparcidos por toda la tierra, la luz y el calor solar bañan los campos, arrancando de sus en-trañas la mágica fuente de vida que nos rodea.