Buen inicio de temporada

Con virtuosismo y brillo musical se inició la Temporada 2018 del Centro Sinfónico, con un selecto Programa que comprendió obras de Tchaikovski, Haydn y Dvorak.

Aunque estaba en el programa, no dejó de impactar el comienzo del concierto con la interpretación del Himno Nacional, cantado por la Sociedad Coral Boliviana. Verdaderamente, antes no me conmovió tanto escuchar nuestro himno, tan bien tocado por la orquesta sinfónica nacional y cantado en su integridad, lúcidamente, por la Sociedad Coral Boliviana. Sentí la belleza del himno como nunca antes y el mensaje que nos transmite de Libertad, que es uno de los portales de nuestra República, desde las luchas por la independencia, parecía advertirnos en la época actual.

La Obertura de 1812 que Tchaikovski compuso en 1880, para conmemorar la victoriosa resistencia rusa en 1812, ante la invasión de la Grande Armée de Napoleón, ha sido interpretada con invariable esplendor, porque la orquesta ha tocado esta obertura muchas veces bajo la batuta de varios directores. Hay pocas composiciones que transmiten vívidamente, con tanto dramatismo, un acontecimiento bélico como esta obertura que, en su brevedad, nos hace sentir todo el proceso de la infausta invasión napoleónica. La obertura en su inicio está prologada por los violoncelos, después los metales truenan y se percibe las cargas de los ejércitos, con atisbos de la Marsellesa en varios lugares; la entrada de los franceses en la ciudad de Moscú incendiada; la retirada de aquellos y los disparos de cañones, que dan el acompañamiento ruso a la retirada, expresado en las cuerdas y metales. Sin duda, es una obra bien lograda y que es bastante conocida en nuestro medio por conciertos anteriores y transmisiones radiales.

Después fue el concierto para trompeta y orquesta en mi bemol mayor de Haydn, en que el solista Marcelo Quispe ha sorprendido al auditorio con su virtuosismo, demostrando una afinación y precisión difíciles de lograr en la trompeta, tanto en la composición como para el intérprete, según los entendidos. Marcelo Quispe ha actuado con mucho lucimiento en este concierto, seguramente de los pocos que se ha interpretado en el país y fue premiado con aplausos merecidos por el auditorio asistente. Carlos Seoane Urioste ilustra ampliamente este concierto en el programa.

La Sinfonía Nº 9 de Anton Dvorak, más conocida como del Nuevo Mundo, fue muy difundida entre nosotros por las transmisiones radiales. Según el mismo cronista Seoane, compuesta en 1893, estrenándose el mismo año en el Carnegie Hall de Nueva York, estaría inspirada en la música norteamericana nativa y los espirituales negros de los Estados Unidos; su estreno fue simplemente atronador y pronto fue repetida por orquestas europeas.

La anterior relación desmintió el argumento que personalmente dimos a la sinfonía, que lo asociábamos al fenómeno de las migraciones europeas a los Estados Unidos, tan masivas en esos tiempos, cuando el nuevo mundo era la meta de la gente para una vida mejor.

El inicio de la Temporada 2018 en el Centro Sinfónico fue muy exitoso, lo que ha sido resaltado por el programa preparado. Ni qué digamos de la Orquesta Sinfónica Nacional que entusiasma cada vez más por su elevado profesionalismo y su Director Weimar Arancibia que cosechó merecidos aplausos del repleto auditorio.

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