Manillas electrónicas, paliativos en hacinamiento carcelario

La aplicación de manillas electrónicas para personas con detención preventiva es una opción para reducir la población carcelaria, que alcanza a 16 mil personas en todo el país. Un proyecto de ley, en este sentido, fue puesto a consideración de las autoridades nacionales el 2015, declaró el exdirector de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos.

“Hay un proyecto de ley de 2015 para la utilización de manillas electrónicas, las personas que tienen detención preventiva deberían estar usando esos equipos en sus casas y de esa manera podríamos bajar el hacinamiento en cárceles”, indicó Llanos.

En la gestión pasada, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, afirmó que estos artefactos están contemplados en el marco del Plan de Seguridad Ciudadana Bol-110 que serían aplicados en esta gestión, pero aún no se ha anunciado tal avance.

Romero, en esa oportunidad, consideró que el sistema podrá descongestionar los 63 centros penitenciarios del país, “donde el 70% no tiene una sentencia”, recordó Llanos.

Según un acuerdo firmado entre el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Ministerio de Gobierno, esas manillas serán monitoreadas por la Dirección Nacional de Seguridad Penitenciaria, bajo el sistema denominado “unidad de monitoreo domiciliaria o el programa de libertad ambulatoria con registro de desplazamiento, mediante rastreador de GPS si el detenido cuenta con salida laboral”.

HACINAMIENTO

Por otra parte, Llanos denunció, de manera reiterada, que existe excesivo hacinamiento en las cárceles de Bolivia y detalló que desde el 2006 la cantidad de presos aumentó de 5.600 a 16 mil privados de libertad.

“La cifra de presos podría llegar a 22 mil en todo el sistema penitenciario. Se evitó llegar a este nivel de hacinamiento porque cerca de seis mil presos fueron beneficiados con el indulto del gobierno estatal”, indicó Llanos.

ENFERMEDADES

El exdirector de Régimen Penitenciario denunció que en enero pasado un reo del penal de San Pedro murió por meningitis, a consecuencia de las condiciones insalubres a las que los presos son expuestos por el hacimiento.

“Un preso murió dentro del penal de San Pedro, en enero, por meningitis. El hacinamiento provoca esa clase de enfermedades contagiosas, además de generar lugares inadecuados para dormir, los servicios higiénicos colapsan lo cual hace que hallen absolutamente inadecuados”, afirmó el exdirector de Régimen Penitenciario.

Ante los sucesos recientemente ocurridos en el penal de máxima seguridad de Palmasola, en Santa Cruz, Llanos recomendó a las autoridades estatales prestar atención a las necesidades de las cárceles, para evitar que los privados de libertad no sean víctimas fatales del sistema judicial.

NIÑOS

Según estadísticas acerca del número de infantes que viven en las cárceles el indicador se redujo, este año se conoce que 615 niños viven con sus padres en los centros penitenciarios. En el eje troncal, La Paz ocupa el primer lugar de esa lista, pues registra 420 casos, 99 en Santa Cruz y 55 en Cochabamba.

Sobre el retiro definitivo de los menores que habitan las cárceles, el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, refirió “No sólo es sacarlos, estamos muy al pendiente de lo que significa el estado integral de los niños”.

Entretanto, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), reunida en Santa Cruz, gestionó el albergue de al menos 100 niños que viven en las cárceles, en el hogar de acogida “Padre Alfredo”, según anunció la activista Marinés Galvis.