Padres frustrados, ¿deben pagar los hijos?

En pasadas semanas la población nuevamente fue impactada por hechos de violencia, pornografía, abuso sexual e infanticidio en contra de menores, en manos de sus propios progenitores, aspecto que demuestra conductas extremas que dañan a las futuras generaciones.

De acuerdo con profesionales en psicología, como la doctora Rosario Larrea, conductas de violencia extrema por parte de los propios padres de familia en contra de sus hijos se deben a la frustración de los padres, aspecto que demuestra que no han planificado y deseado traer niños al mundo.

Mientras que un Organismo no Gubernamental (Ong) da cuenta que de 3.600 madres gestantes, alrededor de 20% son adolescentes, lo que refuerza el análisis de los profesionales en psicología sobre que en muchos casos los padres maltratadores son adolescentes que no planificaron ser padres y cuya situación se debe a un descuido o una “metida de pata”.

Esta condición de jóvenes padres ocasiona una reacción violenta que es desquitarse con sus propios hijos e hijas, porque ven en ellos el resultado de su fracaso, frustración de su vida, de no poder lograr sus aspiraciones, como futuros profesionales, de abandonar la posibilidad de decidir por ello, porque al ser padres deben decidir en función de la crianza de sus hijos.

Otro fenómeno es que del 100% de denuncias de madres violentas en la crianza de sus hijos e hijas, realizadas a las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, muchas de ellas, hasta un 90%, se encuentran solas, haciéndose responsables de la manutención de sus hijos e hijas, sin el acompañamiento de su pareja. Por lo tanto deben hacerse cargo de los gastos económicos por la limpieza, cocina, ropa, enfrentado los problemas de las etapas de desarrollo de sus hijos, sin el apoyo del padre, lo que les impide que puedan como mujeres tomar decisiones a favor de su propia felicidad, porque ésta fue desplazada por la de sus descendientes. Estas frustraciones y la suma de responsabilidades generan diferentes tensiones que terminan en violencia hacia los más indefensos.

Por todo ello no es suficiente que solo se incluya una materia de biología para conocer los órganos reproductivos o conocer el uso de preservativos, sino habilitar talleres de intercambio de ideas, donde los adolescentes den a conocer sus curiosidades y problemáticas en la hora de elegir una pareja sentimental en la adolescencia.

En estos talleres se debe saber que la decisión de traer hijos al mundo no depende de la edad biológica, sino también de adecuadas condiciones de independencia económica y socialmente, para que la decisión de ser padres permita mejorar el desarrollo de futuros profesionales y ciudadanos productivos, antes que solo un número que llegue a poblar una región, donde las propias autoridades no invierten en factores de desarrollo humano y social.