Contra el LAB

El de ahora es el tercer intento del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), la aerolínea más antigua de Sudamérica, por volver a operar en el país y es la tercera vez que el gobierno de Evo Morales le muestra los dientes y deja a los bolivianos sin la posibilidad de contar con mayores y quizá mejores ofertas de servicio de transporte aéreo.

PETRÓLEO ORO ZINC El secretario de energía de Estados Unidos, Rick Perry, propuso que su país empiece a exportar la tecnología petrolera que le ha permitido poner en jaque a la Organización de Países Exportadores de petróleo (OPEP) y reducir el precio internacional del petróleo. La tecnología del shale permite explotar yacimientos que ya habían sido agotados y yacimientos que antes se creían imposibles de explotar. Sí lo logran el precio del petróleo seguiría cayendo. Las amenazas de una guerra comercial hechas por Donald Trump cuando anunció un arancel de 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio de su país han resultado en desequilibrios en los mercados. Los europeos amenazaron con retaliaciones y el encargado de economía de Trump renunció. El efecto inmediato fue una devaluación del dólar y el fortalecimiento del oro a principios de la semana. Se espera mayor volatilidad mientras se aclara el tema. El mercado recibió el mayor aumento de su inventaría en años y llegó a aumentar en 1,6 por ciento en un solo día. Aunque la demanda aún está muy lejos de igualar la caída de más de 16 por ciento en los últimos 30 días. Sin embargo, en el mercado se habla de una segunda etapa en referencia a la etapa después de la escasez que resultó del cierre de varias minas. Ahora hay varios proyectos en línea para empezar a operar en la segunda mitad de este año y el próximo.

La Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (DNAC) dice que no, que el nuevo proyecto del LAB no cumple las condiciones exigidas para operar, mientras que el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) asegura que la empresa tiene deudas millonarias.

Pero al mismo tiempo, el SIN informa que ha confiscado bienes de propiedad del LAB, como aeropuertos, edificios y grandes extensiones de terreno, para donarlos a diferentes instituciones amigas del Gobierno.

Lo que dicen quienes están a cargo del nuevo intento por reflotar el LAB es que el Estado se quede con todos los bienes, que los tome como pago de las presuntas deudas, pero que le permitan operar en el país. La respuesta es no. Pero tampoco hay una explicación coherente sobre el valor de los bienes incautados en relación con la presunta deuda. El Gobierno sólo dice no, el LAB no puede volver a operar. Está sentenciado.

Y esto se da cuando en La Paz se siente como un golpe a la economía del departamento el anuncio de American Airlines de que dejará de llegar al aeropuerto de El Alto a partir de julio próximo. Y cuando BoA muestra que no está en condiciones de atender la demanda, es lo que le obliga, a veces, a vender más asientos de los que tienen sus aviones.

Quizá ha llegado el momento de preguntarse qué es más importante: favorecer la existencia de buenos servicios de transporte para los bolivianos o proteger un monopolio. Si BoA es una empresa eficiente sólo lo podrá saber si es capaz de competir, porque hasta ahora lo ha tenido muy fácil.

Aceptar que vuelva a operar el LAB podría abrir la posibilidad de que los servicios mejoren, por la competencia, y las tarifas sean más convenientes, además de cubrir más rutas dentro y fuera del país. Sólo el nombre del LAB abre puertas en el extranjero: no es una aerolínea creada con fines políticos ni ha sido hecha a partir del atropello a otras empresas del sector.

Cuando en Bolivia se enfrentan empresas estatales y privadas, siguen un guion que ya es familiar: primero las estatales reciben ayuda en forma de créditos blandos del Estado para maquinaria y equipos luego estos créditos son condonados. En la ofensiva, generalmente es el SIN el que lidera el ataque con cobros y multas cuestionables seguidas de la confiscación de bienes que tienen la mala costumbre de terminar en manos de empresas o personas cuya afiliación es evidente pero difícil de probar.

YPFB dice que la planta de Bulo Bulo ha entrado en su segundo paro “programado” de operaciones en sólo seis meses de haber sido inaugurada con discursos sobre eficiencia y progreso.	Mientras tanto, los comerciantes de Cochabamba siguen vendiendo a los agricultores urea de origen peruano, por ineficiencia en el sistema de almacenamiento y transporte del producto.