Almanaque de buena vecindad

Durante la gestión del señor Peter M. Brennan, Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos de América en Bolivia, de manera muy particular el año 2017 y el presente 2018, fue difundido un almanaque mostrando la diversidad étnica estadounidense, que la hermana con las expresiones originarias y culturales de Bolivia.

Bajo la divisa “Compartiendo nuestras raíces”, los doce meses del año 2017 testimonian, por ejemplo, en espléndidas fotografías, el interés de la nación Navajo, por las culturas andinas y destaca el parentesco histórico entre afrodescendientes de Estados Unidos y Bolivia.

El almanaque de la delegación diplomática subraya la presencia de artistas musicales de renombre internacional. Así, Jimmy “Duck” estuvo en las ciudades de La Paz y Santa Cruz, maravillando con música del country blues, mientras que el famoso Kenny Kesley, intérprete de jazz moderno, festejó la herencia afroboliviana, como expresa el calendario 2018.

El mensaje “Compartiendo nuestras raíces” podría ser un punto muy interesante, que si bien abarca determinados planos de identidad entre las dos naciones, contiene entre líneas, por supuesto, alentadoras y nuevas ideas para restablecer las relaciones diplomáticas.

Estas ideas deberían ser estudiadas por la Cancillería boliviana, puesto que nos hablan de similares raíces y que interesan, sobre todo, a la corriente propuesta por el gobierno nacional.

Es decir, en el contexto diplomático, en el mensaje del almanaque hoy comentado está claramente fijado el concepto nacionalidades y etnias. Tema excelente que trae consigo la invitación para empezar un franco acercamiento.

En efecto. A Bolivia le interesa el universo étnico y a Estados Unidos de América, también. Ello significa que ambos gobiernos están de acuerdo en esta temática y en consecuencia, dejando a un lado discursos y posiciones irreductibles, podría haber surgido un nuevo escenario que invita a sentarse a desarrollar intereses mutuos.

El almanaque de buena vecindad, a mi juicio, trae estas cartas abiertas que, con algo de empeño y de diplomacia, nos llevarían, poco a poco, al tratamiento de mayores temas que tanto Bolivia como Estados tienen en carpeta y que son insoslayables.

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