Esperando el fallo de la CIJ

En una oportunidad el presidente Evo Morales dijo que las relaciones diplomáticas no deben concretarse a cenas y cocteles únicamente, otra es su misión. Un caso que causa indignación: un ex magistrado del TCP que dio luz verde a la repostulación indefinida del Presidente, como gratificación a su servilismo ocupa funciones en la Cancillería…

Según el canciller, Bolivia tiene argumentos sólidos, que se los expondrá entre el 19 y 28 en audiencias orales de la demanda marítima, alegatos que serán la última fase, antes de conocer la sentencia de la CIJ por la demanda que instauramos contra Chile el 24 de abril de 2013. En esta demanda no se solicita la revisión del Tratado de 1904, solo se pide al mayor órgano de justicia de NNUU que declare que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia un acceso soberano al mar, en virtud de compromisos que ha hecho a lo largo de la historia.

Recordemos que en 1950, en nota firmada por el canciller chileno Horacio Walker Larraín y el embajador boliviano Alberto Ostria Gutiérrez, se señala que Chile acepta ingresar a una negociación. El 10 de enero de 1920, el suscriptor del Tratado de Paz, Emilio Bello Codecido, vino a La Paz en 1919 con objeto de llegar a un acuerdo sobre una salida propia y soberana a Bolivia. El 10 de junio de 1961 el embajador chileno en La Paz, Manuel Trucco, presentó un memorándum. El 19 de diciembre de 1975, el canciller chileno almirante Patricio Carvajal cursó una nota al embajador de Bolivia en Santiago sobre la negociación en Charaña. Existen otras notas cursadas.

Y una delegación de una treintena de personas, entre ex presidentes, ex cancilleres -y gente de movimientos sociales, de los que muchos no conocen a fondo la problemática marítima- asistirá a la presentación de los alegatos orales de la CIJ de La Haya. Esto no convence a la opinión pública, ya que no cumplirán ningún papel y serán como invitados de piedra que ocasionarán gastos inútiles, cuando esos fondos deberían ser concedidos a familias necesitadas que sufrieron enormes daños por las riadas y se ha visto que un beniano, padre con su hijo adolescente pide limosna en las calles. Asimismo el “banderazo” a mucha gente le parece absurdo, ya que existen otras ideas serias de adhesión a la causa marítima, que no se la debe politizar. El pueblo observa tal situación con algo de recelo, mientras a Heraldo Muñoz, que asesorará en la CIJ, le causa hilaridad la gigante bandera y la cantidad de bolivianos que asistirán a La Haya.

Un sector de la población, indígenas, campesinos originarios y partidarios del MAS creen que si el fallo de La Haya favorece a Bolivia, tendremos mar. No es así. Se presume que el veredicto dirá, a lo mucho, siéntense a dialogar (Bolivia-Chile) y encuentren una salida al problema. La Corte no puede ordenar a Chile ceder mar, tampoco obligarle a un encuentro, solo puede insinuar o recomendar entablar diálogo en una mesa. Ya lo dijo el canciller chileno: “la CIJ no nos puede obligar”. Suponiendo que Chile acceda a una reunión bilateral, dirá: Yo te doy mar ¿y, tú qué me das? Ahí está el detalle. Qué puede dar Bolivia a Chile ¿parte de un sector de una provincia? Chile mira desde siempre Potosí…

El presidente del Estado el 9 de marzo de 2015 anunció que el Gobierno tiene otras estrategias en mente, en caso de no proceder la demanda ante la CIJ con el fin de conseguir una salida soberana al océano Pacífico. El 11 de diciembre de 2017, en la posesión y toma de juramento del Alto Mando Militar, expresó: “Quiero decir que hay que estar planificando la post demanda marítima y eso significa desde ahora organizarnos con equipos jurídicos, pero también con el conocimiento de otras Fuerzas Armadas en esta reivindicación marítima”. La nueva autoridad militar destacó que recibe unas FFAA que profundizan los principios nacionalistas, anticapitalistas y anti imperialistas. Al parecer fue un discurso tipo político subordinado. Las FFAA no deliberan, ni intervienen en política partidaria. Los militares deben estar en las fronteras, no en las ciudades, dice la gente.

Ref: “El ominoso Tratado de 1904”, libro de Floren Sanabria G.