Los homicidios han aumentado en el país, lo cual induce a pensar e incluso plantear que las sanciones sobre este caso sean efectivamente más severas, de manera que la gente en general tenga presente que si incurre en el delito, se encontrará con una situación difícil de superar.
De acuerdo con datos obtenidos por EL DIARIO, entre 2013 y 2017, el índice de homicidios en el país creció en el 16,8 por ciento. Otro detalle de casi similar relevancia es que la criminalidad en esos años igualmente ha subido. En ese período la Policía atendió 4.285 casos.
Ambos casos llaman la atención de manera inquietante, porque las referencias anteriores demuestran que está imperando entre los bolivianos el mal humor y, peor todavía, la tendencia a la violencia descontrolada.
Matar gente e incurrir en distintas formas de criminalidad son delitos que tienen sus orígenes en la mala educación escolar, en la intolerancia familiar y el desconocimiento de los valores sociales, los cuales, en contraste, tienden normalmente a exteriorizar la mala formación de los niños y jóvenes, pero además es una demostración de intolerancia extrema en la gente adulta.
El asesinato de personas en el país tiende a ser creciente. En 2013 se produjeron 932, en 2014 aumentó a 959, en 2015 hubo felizmente una disminución, pues los casos bajaron a 690, pero en 2016 volvió a subir a 729 y en 2017 llegó a 975.
Como se podrá advertir, el año pasado fue el más alto. Ojalá que en conocimiento de estos datos tan deplorables, en 2018 se haga conciencia social y humana de que los asesinatos tienen que ser frenados y, mejor todavía, si terminan de figurar en las estadísticas nacionales.
Es repudiable que el desenfreno en la conducta humana se traduzca en muertes. Dos sectores tendrían que incidir en el tema. La educación, inclusive en las universidades, y las distintas órdenes religiosas que tienen actividad en el país. En este último caso, en particular, la mayor prédica que se debe efectuar es a favor del respeto a la vida ajena, pues ésta resultaría ser la forma más efectiva de influir en el ánimo y la reflexión de las personas.
Con ello se tendría mejor resultado en cuanto al comportamiento de los seres humanos y, obviamente, en su espíritu pacífico y de respeto a la vida ajena. Pues, las religiones influyen mucho en el espíritu y en el comportamiento social de sus feligreses. De esta forma, la prédica religiosa tendría resultados mucho más efectivos y reales en lo relacionado con la vida humana, propia y ajena.
Porque al constituirse una persona en asesina de un ser vivo, no demuestra que hubiera asimilado la fe religiosa que profesa. Por el contrario, la viola y atenta contra los valores de su prédica.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |