En semanas recientes se conoció que serán impulsadas importantes iniciativas agroindustriales del Departamento de Santa Cruz, las que darán decisivo apoyo a la economía de uno de los más prósperos distritos de Bolivia. Además los efectos de ese impacto se extenderán a todo el país, con amplias perspectivas.
En fecha reciente, en primer lugar la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz firmó un Memorándum de Entendimiento sobre la Producción de Alcohol Anhidro para uso como Aditivo para la Gasolina, convenio que fue negociado con el Ministerio de Hidrocarburos y YPFB y que entrará en ejecución tan pronto el gobierno dicte los decretos correspondientes. Por ese acuerdo el gobierno, por medio de YPFB, comprará a siete ingenios del país etanol, producido con base en caña de azúcar, por un monto anual de alrededor de 400 millones de dólares, que actualmente son destinados a adquirir en el exterior la gasolina de uso automotriz.
Por otro lado, también la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) firmó con YPFB otro convenio por el cual la empresa estatal comprará a los cañeros cruceños de Cuatro Cañadas entre 80 y 360 millones de litros de etanol, que consumen hasta 15 mil toneladas de sorgo y maíz. La aprobación de esos acuerdos entre estos empresarios orientales con el Estado ha sido calificada como el comienzo en Bolivia de la “Era de los Biocombustibles”.
El funcionamiento de ese proyecto se basará en inversiones de los mismos industriales cruceños, así como la ampliación de las áreas cultivadas a casi más del doble de la actualidad. Esa inversión llegará a los 1.600 millones de dólares.
El cumplimiento de dichos convenios a favor de los empresarios tendrá efectos colaterales, como la ampliación de la frontera agrícola y, principalmente, la sustitución del uso de combustibles fósiles, para fabricar combustible con materia prima renovable, lo cual reducirá la emisión de gases que producen “efecto invernadero” en el planeta.
Para esta industrialización, el sector privado de la economía nacional utilizará plantas deshidratadoras y otras instalaciones industriales, lo cual significará ahorro de divisas, mejora de los ingresos del Tesoro de la Nación y del nivel de vida de la población, generando, a la vez, en términos genéricos, un notable desarrollo del sector empresarial del Oriente.
En cuanto al convenio con la Federación de Empresarios de Santa Cruz, aún se espera para su realización varios decretos del gobierno, mientras el acuerdo con ANAPO operará desde junio. El etanol comprado por YPFB se combinará con gasolina corriente para uso de toda clase de automotores, en proporción del 25 por ciento por cada litro.
Aparte de esos acuerdos para compra de etanol, a principios de año el gobierno y empresarios privados orientales acordaron abrir la exportación de soya, café, carne vacuna y azúcar, que se espera estén operables en breve. Tales negociaciones permitirán a Santa Cruz un desarrollo económico sin precedentes, a diferencia del estancamiento que registra la región occidental del país.
Una particular política económica de tipo capitalista desarrollada por el gobierno se ha estado intensificando desde hace varios años, pero al parecer todavía no ha llegado a su máximo nivel, ya que la población oriental demanda su complementación con nuevas medidas, no solo técnicas sino estructurales.
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