Amor a nuestra patria Bolivia

En momentos cruciales para Bolivia, que atañen directamente a la pérdida territorial y salida soberana al Pacífico, actualmente tratados en La Haya, en nuestro país, grupos y comentaristas aconsejan e imponen sus criterios para que, políticos de oposición, “no viajen a La Haya por dignidad y porque favorecerían la campaña electoral del oficialismo”.

Criterios de campanario, que obedecen a una visión estrecha, localista y partidaria, fuera de contexto nacional y de sentido común, con una pesada carga contraria a la recuperación de una salida soberana por las costas bolivianas arrebatadas por la fuerza en 1879.

Para más del 99 por ciento de la ciudadanía boliviana, recuperar nuestra parte en el océano Pacífico es un tema insoslayable y no valen excusas mezquinas ni a título de falsa dignidad.

La presencia de un contingente boliviano en La Haya, Holanda, no influirá por cierto, en las decisiones internacionales y legales del cuerpo de jurisconsultos, pero refrenda la vocación pacifista nacional de retornar a las aguas del Pacífico.

Rubén Costas, gobernador del departamento de Santa Cruz y Jorge Tuto Quiroga, exmandatario, pese a la presión de los mencionados grupos, refrendan su presencia en La Haya, como bolivianos.

Decisión que debe ser aplaudida porque, quien nació en Bolivia, tiene la obligación por encima de cualquier tendencia ideológica y política, de luchar desde su puesto por el retorno a las costas del mar.

Posición patriótica que entona con el anhelo nacional y que premiará a nivel interno, a las personas que con su presencia en La Haya, apartando telarañas, sumen voces por el acceso a nuestro Litoral.

Y desconocerá en nuestra Historia a las partes que desconocen el civismo, pues los gobiernos y los grupos pasan, pero queda lo que más amamos: Bolivia y el mar.

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