Innegablemente, para toda la colectividad la Policía debería merecer consideración, respeto y apoyo general porque se trata de una entidad que está (debe estar) al servicio del pueblo; pero, lamentablemente, debido a la incursión de la política partidista en sus cuadros, en los últimos tiempos ha desmerecido totalmente su actuación, porque se ha parcializado con el partido de gobierno.
Es innegable que la Policía está supeditada a lo que las autoridades dispongan, conforme a las leyes, que deben obedecer a un mando que provenga del respectivo ministerio, sin embargo también tienen derecho a desobedecer cuando estas disposiciones van en contra de las leyes y del bien público; pero lo ocurrido hace poco, debido a manifestaciones y bloqueos espontáneos que ha realizado el pueblo para pedir respeto a los resultados del Referéndum del 21F de 2016, ha sido totalmente negativo.
Como en toda actividad pública; y mucho más si es de protesta, los efectivos policiales están obligados a mantener el orden, defender a las personas ante posibles atropellos o actitudes de fuerza. La entidad policial está obligada, además, a evitar excesos de personas incrustadas en marchas y manifestaciones; debe, en todo caso, someterse a las leyes y evitar que algunos de sus miembros utilicen los medios disuasivos que tienen a disposición para cometer abusos. Está obligada la Policía a mantenerse abocada al cumplimiento de sus deberes y no tener conductas político-partidistas que muy claramente estuvieron identificadas con el partido de gobierno.
Su actuación, cuando se trata de hechos contrarios a entidades que no son parte del gobierno o no responden a directivas del partido MAS, siempre ha sido de indiferencia, lenidad e incumplimiento de sus deberes; no ha tomado actitud alguna en contra de los extremos, como ha demostrado estar “de acuerdo con quienes no corresponden a los cuadros gubernamentales”; en cambio, cuando conviene al gobierno y su partido reprimir cualquier acto de manifestación o protesta utiliza gases, da garrotazos a los componentes de marchas y no considera ni a niños ni a mujeres ni a ancianos y las emprende contra todos hasta conseguir la disolución de los manifestantes.
El papel que deben cumplir los policías debe sujetarse a normas de buen trato y respeto a la colectividad que, en todo caso, debe estar bajo su custodia y no ser víctima de malos tratos; deben los efectivos policiales tener respeto por personas de la tercera edad, mujeres y niños y no aprovechar que se encuentran indefensos para ensañarse contra ellos alegando que “violentan las leyes o cometen arbitrariedades o, finalmente, complotan contra el orden constituido”, cuando la intención no ha sido alguna de las que enrostran a protagonistas de protestas.
Es sensible que la Policía esté sujeta a caprichos de un partido político que solo busca que todos sean adherentes al régimen gobernante y para convencer de ello, utiliza medios para “poner orden” donde lo hay y cuyos protagonistas expresan sentimientos de protesta contra alguna autoridad.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |