Decisión digna de expresidente

El Presidente del Estado Plurinacional habría invitado a expresidentes y exministros de Relaciones Exteriores para participar en la sesión que se efectuará en la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, por el diferendo en relación con una salida soberana de Bolivia al mar. El argumento del presidente es que se debe presentar en ese alto organismo de justicia internacional, la unidad de los bolivianos en el tema marítimo, con una delegación de treinta individuos, entre jurisconsultos e invitados.

Si bien en un principio todos los invitados aceptaron acudir a La Haya, acompañando a la delegación oficialista, el ex presidente Jaime Paz Zamora luego hizo conocer públicamente su decisión de declinar esa invitación, argumentando que el presidente del Estado, de su partido y de las seis federaciones de productores de la hoja de coca del Chapare cochabambino, le habría injuriado a través de su cuenta personal en las redes sociales.

Es evidente que la política del gobierno, hacia todo lo que no es de la línea oficialista, responde a una política de descalificación y confrontación, con adjetivos como “derechistas”, “proimperialistas”, “vende patrias”, etc., etc., de tal manera que la sociedad boliviana está profundamente dividida, más aún cuando el oficialismo pretende quedarse “por siempre” en el poder, como lo sostuvo el presidente, y para ello está desconociendo la voluntad del pueblo expresada en las urnas el 21 de febrero de 2016, atropellando además la Constitución Política del Estado y otras normas inferiores.

La política maniquea del populismo del régimen indigenista socialista, de permanente confrontación, tiene además como vehículo el descalificar a los dirigentes y líderes de oposición, como lo aconsejara el señor García Linera en su propuesta de programa de gobierno subida a Internet en 2006, y los ataques son constantes en los diarios discursos y medios de comunicación e información.

La declinación del ex presidente Paz Zamora responde a una posición de dignidad, pues no es ético insultar y descalificar, para luego invitar a un viaje a cualquier persona que se estime a sí misma. Lo mismo ha sucedido con el país vecino con el que tenemos el diferendo en La Haya, al que el presidente en visita a ese país, tuvo que pedir disculpas.

El presidente, como cabeza constitucional de las relaciones exteriores, tiene que dirigir esas políticas, siguiendo las normas de decoro diplomático, pues aunque tengamos diferencias históricas que indudablemente deben ser tratadas por la vía diplomática, es precisamente en este orden en el que se tiene que ser cauto.

Es por eso que el señor Paz Zamora en su decisión sostiene que el presidente Morales se ha constituido en un “estorbo” para la causa marítima, al abrir varios frentes que perjudican una eventual negociación. Por otro lado se censura la utilización partidaria y con fines electorales del problema marítimo.

Otro argumento valedero en la argumentación del expresidente, es la del apoyo irrestricto del presidente del Estado Plurinacional a la dictadura feroz del presidente Maduro en Venezuela, pidiendo con los dictadores del ALBA, que Maduro pueda asistir a Lima para el evento iberoamericano, cuando los países democráticos y sus líderes demócratas censuran a la dictadura en la patria del grande Bolívar.

Los argumentos expuestos por Paz Zamora nos llevan a plantear la dicotomía entre pedir justicia en el caso marítimo de nuestra patria y, a la vez, desconocer la voluntad democrática del pueblo boliviano, que en referéndum dijo ¡NO! al gobierno por siempre que ofrece el populismo que nos gobierna, pues en esa postura incoherente está el gobierno, y no podemos decir que son asuntos distintos, puesto que: se es demócrata o no.

El autor es abogado y politólogo.