Madrid.- El examen de huesos fósiles de las alas de la ave ‘Archaeopteryx’ revela que se formaron para un vuelo activo fortuito, pero no para el estilo avanzado de vuelo dominado por las aves de la actualidad.
Aunque es de conocimiento común que las aves de la actualidad descienden de dinosaurios extintos, muchas preguntas sobre su evolución temprana y el desarrollo del vuelo aviar siguen sin respuesta y los métodos tradicionales de investigación hasta ahora han sido incapaces de responder la pregunta de si ‘Archaeopteryx’ voló o no.
Mediante el uso de microtomografía de sincrotrón en la línea ID19 de ESRF para investigar fósiles de ‘Archeopteryx’, un equipo internacional de científicos de ESRF, la Universidad Palacky (República Checa), el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) y la Universidad de la Sorbona (Francia), la Universidad de Uppsala (Suecia) y el ‘Bürgermeister-Müller-Museum Solnhofen’ (Alemania) arrojan nueva luz sobre este dino-pájaro del Jurásico.
ANIMALES ENIGMÁTICOS
Reconstruir el comportamiento extinto plantea desafíos sustanciales para los paleontólogos, especialmente cuando se trata de animales enigmáticos como el famoso ‘Archaeopteryx’ de los sedimentos del Jurásico Superior del sudeste de Alemania que se considera el dinosaurio potencialmente más antiguo que voló libremente. Este taxón fósil bien conservado muestra una anatomía en mosaico que ilustra las estrechas relaciones familiares entre dinosaurios extintos y dinosaurios vivos: los pájaros.
La mayoría de los esqueletos de aves modernos están altamente especializados para el vuelo con motor, sin embargo, muchas de sus adaptaciones características, en particular el hombro, están ausentes en los fósiles bávaros de ‘Archaeopteryx’. Aunque sus alas emplumadas se asemejan a las de las aves modernas que vuelan sobre nuestras cabezas todos los días, la estructura primitiva del hombro es incompatible con el ciclo del aleteo moderno del ala aviar.
“La arquitectura transversal de los huesos de las extremidades está fuertemente influenciada por la adaptación evolutiva hacia la fuerza óptima con una masa mínima y la adaptación funcional a las fuerzas experimentadas durante la vida”, explicó el profesor Jorge Cubo, de la Universidad de la Sorbona, en París.
«Al comparar estadísticamente los huesos de los animales vivos que se involucran en hábitos observables con los de los fósiles crípticos, es posible incorporar nueva información en una vieja discusión», dijo la autora principal, la doctora Sophie Sánchez, de la Universidad de Uppsala.
ESTRATEGIA
Los esqueletos de ‘Archaeopteryx’ se conservan en y sobre las losas de piedra caliza que revelan solo una parte de su morfología. Dado que estos fósiles se encuentran entre los más valiosos del mundo, por lo tanto, se desaconseja la investigación invasiva para revelar estructuras oscuras o internas. “Afortunadamente, hoy ya no es necesario dañar fósiles preciosos”, manifestó el doctor Paul Tafforeau, científico en el ESRF.
“La sensibilidad excepcional de las técnicas de imágenes por rayos X para investigar muestras grandes disponibles en el ESRF ofrece una visión microscópica inofensiva de los huesos fósiles y permite reconstrucciones tridimensionales virtuales de extraordinaria calidad. Se están realizando mejoras emocionantes, incluida una mejora sustancial de las propiedades de nuestra fuente de sincrotrón y una nueva línea de luz designada para tomografía. Estos desarrollos prometen dar mejores resultados en el futuro a especímenes mucho más grandes”, agregó Tafforeau.
AVES MODERNAS
El escaneo de datos reveló inesperadamente que los huesos de las alas de ‘Archaeopteryx’, al contrario que su cintura escapular, compartían importantes adaptaciones con las de las aves voladoras modernas. “Nos centramos en la parte media de los huesos del brazo porque sabíamos que esas secciones contienen claras señales de vuelo en las aves”, afirma Emmanuel de Margerie, del CNRS.
“Inmediatamente, notamos que las paredes óseas de ‘Archaeopteryx’ eran mucho más delgadas que las de los dinosaurios terrestres, pero se parecían mucho a los huesos de aves convencionales --continúa el autor principal, Dennis Voeten, del ESRF--. El análisis de los datos demostró además que los huesos de ‘Archaeopteryx’ están más cerca de los de aves como los faisanes que ocasionalmente utilizan el vuelo activo para cruzar barreras o esquivar depredadores, pero no como el de aquellos que planean y vuelan, como muchas aves de rapiña y algunas aves marinas que han optimizado sus huesos para un vuelo duradero”.
REGIÓN DE SOLNHOFEN
“Sabemos que la región alrededor de Solnhofen, en el sudeste de Alemania, era un archipiélago tropical, y ese entorno parece muy adecuado para el vuelo entre islas o vuelo de escape”, comentó el doctor Martin Röper, conservador de ‹Archaeopteryx› y coautor del informe.
«Archaeopteryx compartió los cielos jurásicos con pterosaurios primitivos que finalmente evolucionarían hacia los gigantescos pterosaurios del Cretácico. Encontramos diferencias similares en la geometría de los huesos de las alas entre los pterosaurios primitivos y avanzados que entre los que vuelan activamente y los que se elevan», sostuvo Vincent Beyrand, del ESRF. (Europa Press)
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