Sao Paulo.- Un magistrado del Supremo Tribunal de Brasil negó ayer un “habeas corpus” colectivo para impedir la prisión de condenados en segunda instancia, un recurso que, en caso de ser aprobado, podría haber beneficiado también al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, sentenciado a 12 años de cárcel.
El juez Gilmar Mendes, uno de los once magistrados de la Corte Suprema, rechazó la medida presentada por un grupo de abogados del estado brasileño de Ceará (nordeste) contra la prisión inmediata de los condenados en segunda instancia y a favor de la soltura de los que ya fueron encarcelados.
En su decisión, Mendes consideró que el recurso es “genérico” y que cada caso debe ser analizado de forma individual.
DEFENSA
Los abogados que presentaron el “habeas corpus” incluyeron como posibles beneficiarios de la medida “a todos los ciudadanos que se encuentran presos, y a los que inminentemente pueden serlo” tras el análisis de los recursos en segunda instancia.
La prisión en dicho escenario es duramente cuestionada por la defensa del expresidente Lula (2003-2010), quien el pasado 24 de enero fue condenado en segunda instancia por el Tribunal Regional Federal de Porto Alegre (TRF4) a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Los abogados de Lula presentaron un “habeas corpus” ante el Supremo para evitar su prisión antes de las apelaciones en instancias superiores, pero el pleno del tribunal todavía no se ha pronunciado sobre el caso específico del exmandatario.
SENTENCIA
Una decisión cautelar del STF tomada en 2016 permite que una sentencia empiece a ser ejecutada una vez concluyan todas las apelaciones en segunda instancia y aun cuando haya posibilidades de otros recursos en instancias superiores.
Ese es el argumento empleado por el TRF4, quien determinó que Lula cumpla su prisión una vez sean analizados todos los recursos en ese tribunal, lo que podría ocurrir en las próximas semanas o meses.
El exmandatario, quien lidera todas las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de octubre, inició ayer una gira en el sur de Brasil, en la que insistió en su inocencia, respaldado por su sucesora en el cargo, Dilma Rousseff, y por los exmandatarios José Mujica, de Uruguay, y Rafael Correa, de Ecuador.
Además, el antiguo dirigente sindical, quien acumula otros seis procesos en la justicia, la mayoría de ellos por presunta corrupción, volvió a decir que es víctima de una persecución judicial que busca impedir su presencia en las urnas este año. (EFE)
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