Padres abnegados

Mientras unos eran homenajeados por el Día del Padre otros debían cumplir con la dura rutina para sustentar a su familia y llevar el pan de cada día a su hogar, tal es el caso del señor Octavio Tapia, quien a diario se levanta de madrugada para vender diferentes aditamentos religiosos en la puerta del templo de San Francisco.

A pesar de su avanzada edad don Octavio continuó trabajando “firme en la lucha”, es padre de cuatro hijos, sin embargo, a diferencia de muchos papás quienes festejaron su día, el vendedor tuvo que madrugar desde las cinco de la mañana para llegar al centro de la ciudad pues el viene desde Villa Adela.

Con tenor triste cuenta que el Día del Padre es un día más del año pues el vendedor no tiene festejos sus hijos se encuentran al interior del país y él debe continuar trabajando por “el pan de cada día”.

“Siempre debo trabajar aunque mucha gente nos ve mal si no trabajo aquí dónde podría trabajar para mi edad ya no hay trabajo yo tengo más de 63 años”, lamentó.

El sacrificio que realiza Octavio no tiene una buena remuneración, según cuenta al día gana desde Bs 20 hasta Bs 50, a diario debe soportar las inclemencias del tiempo, “a veces hay venta otras veces no”. En la puerta de San Francisco a diario Octavio ofrece artículos religiosos para los creyentes, ofrece denarios, pequeñas biblias, cruces, velas, entre otros.

Con lágrimas en los ojos Octavio finaliza: “Solo puedo decir a los papás que se dediquen a su familia y a sus hijos, ellos porque ellos serán llamados papás verdaderos”.

En tanto en las unidades educativas la vivencia de los padres fue diferente pues los niños homenajearon a los padres de familia, entre bailes, poesías, cantos, sobresalió el amor por sus progenitores, los padres de familia e incluso abuelos se dieron cita en los establecimientos escolares.

Ajetreados se veían para llegar a tiempo al agasajo que habían preparado sus niños, incluso en Unidad Educativa República de México se vio una imagen enternecedora cuando un abuelo llega al establecimiento en silla de ruedas y la nieta de felicidad va a recibirlo con mucho amor.