Expertos exigen gestión integral en proyectos hidrocarburíferos

La planta separadora de líquidos de Gran Chaco (Tarija), así como la de Urea y Amoniaco de Bulo Bulo, requieren una auditoría, demandaron, por separado, los analistas del sector energético Boris Gómez, José Padilla y Raúl Velásquez de la Fundación Jubileo.

Los tres argumentaron coincidentemente que, debido a que los proyectos de industrialización de los hidrocarburos carecen de gestión integral, era necesario establecer previamente, la disponibilidad de materia prima, ejecución de obras y los mercados de exportación.

Velásquez explicó que las plantas separadoras tienen el objetivo de obtener los componentes del gas, es decir los líquidos para enviar sólo el contenido seco, en este caso a la Argentina. El resto, de los subproductos como el propano o butano, se destinan en pequeña escala a la producción de GLP.

En este ámbito, la gestión integral propuesta por los especialistas consideró que debió incorporar a la futura planta de propileno y polipropileno, pero la construcción de la misma fue postergada en su ejecución indefinidamente, según anunció el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez.

La puesta en marcha de las obras de la planta de propileno polipropileno, formaba parte del plan de industrialización de los hidrocarburos, pero por temas de transparencia en la convocatoria internacional para adjudicar la obra, se postergó su ejecución.

SIN DESTINO

Ahora, todo el propano que produce la planta separadora de líquidos queda sin destino, ya que sólo una parte se dirige a la producción de GLP; sin embargo, los mercados para este producto son de corto plazo, y en el largo plazo se pone en duda la sostenibilidad de la planta, coligió Velásquez.

Entretanto, las denuncias de legisladores nacionales sobre la paralización de la planta de Bulo Bulo y la de líquidos en Yacuiba, confirman las declaraciones del exvicepresidente de YPFB Hugo del Granado, quien indicó en su momento que aquella no estaría operando al 100% de su capacidad.

Sobre el mismo tema, el exsecretario de Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, José Padilla, y el especialista en el sector energía, Boris Santos Gómez Úzqueda, indicaron por separado, que ambas plantas deberían ser objeto de análisis y auditaje de funcionamiento por una misión técnica independiente a objeto de corroborar si efectivamente están funcionando, conforme a contrato, al 100% de su capacidad operativa.

Además, señalaron sus interrogantes sobre si habría suficiente gas para que funcionen las tres plantas principales, es decir de úrea en Cochabamba y las separadoras de líquidos de Santa Cruz y Tarija, independientemente del abastecimiento que por contrato se debe cumplir con los envíos de gas natural a Brasil, Argentina y al mercado interno.

Comercializan

Ambos especialistas coincidieron que el GLP que se separa en la planta de Tarija se comercializa en el mercado externo, “en volúmenes e ingresos que no tienen el tamaño comercial como para ser significativos”.

El objetivo de la planta Gran Chaco era –inicialmente y luego de varios cambios en su diseño de ingeniería y de objetivos de producción– producir materias primas para un complejo petroquímico que aún no se instaló, dado que aún no hay efectivamente una separadora de etano. El etano se sigue vendiendo con el gas a Argentina, vale decir “se va en la corriente el gas enriquecido”, señalaron.

Planificación

Por su parte, Velásquez sostuvo que es un error de parte de las autoridades nacionales no haber planificado con antelación un plan de gestión integral para la puesta en marcha de las referidas plantas.

Dijo que la gestión integral considera la materia prima, la ejecución de la planta misma para procesar, pero también el mercado y por consecuencia en la articulación con el sector privado.