La marcha hacia la re-repostulación del jefe del MAS, Evo Morales, a la presidencia del Estado Plurinacional para postular a un cuarto período de gobierno por cinco años, ha chocado con un hueso difícil de roer, el cual podría alterar profundamente sus intereses políticos continuistas largamente acariciados y en los que funda sus posibilidades de existencia.
Se trata de que la Comisión Europea para la Democracia, conocida como la Comisión de Venecia, dictó un veredicto por el cual la reelección “no es un derecho humano como tal”. En forma concreta, determina como verdad jurídica que la intención de los gobernantes de repostularse y gobernar por un límite de tiempo establecido no está enmarcado dentro de los derechos humanos.
Esa “verdad jurídica” de la Comisión de Venecia (brazo derecho de la Comisión Europea) fue emitida como respuesta a una consulta que le hizo el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), entidad que solicitó un informe a expertos europeos acerca de la mala práctica que están haciendo algunos países latinoamericanos por medio de sus tribunales constitucionales. Esa Comisión está formada por los mejores constitucionalistas del mundo y el valor de ese informe no es producto de la voluntad, sino constituye una verdad jurídica inconmovible,
La decisión de los expertos europeos respondió en esa forma a la OEA, debido al contexto “de una mala práctica de modificación de los términos presidenciales mediante una decisión de los tribunales constitucionales en lugar de un proceso de reforma”. El asunto se puso de actualidad por denuncias ante organismos internacionales contra la intención de Evo Morales de ir a una nueva reelección y prorrogarla indefinidamente.
En esencia, la Comisión de los jurisconsultos de máxima relevancia del mundo reitera que “el derecho a ser elegido no es un derecho absoluto”, y agrega “que los límites a los plazos tampoco limitan indebidamente los derechos humanos y políticos de los votantes”, lo cual aclara que limitar los mandatos de los sistemas presidenciales o semi presidenciales garantiza la democracia en los estados que se ejercen bajo esos sistemas de gobierno.
Confirmando, en definitiva, esa verdad jurídica, la Comisión destaca que cualquier modificación al tiempo de gobernabilidad de los mandatarios requiere de una enmienda constitucional y si estos puntos apuntan a modificar los mandatos presidenciales, la motivación sería mejorar la efectividad del gobierno y no el poder personal.
Se debe recordar que el gobierno boliviano argumenta -contra el veredicto de la Comisión de Venecia- que la elección sí es un derecho humano y que oponerse a la reelección de Evo Morales viola “ese derecho”, argumentación oficialista que ha modificado totalmente el panorama electoral boliviano.
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