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Misa Crismal:

Arzobispo pidió transferir amor de Dios al pueblo

• Los sacerdotes fueron consagrados para el servicio a los demás y no para estar encima de nadie


Sacerdotes de la Iglesia local renovaron sus votos.

Con una masiva presencia de fieles en la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de La Paz se realizó ayer la Misa Crismal,  ocasión en que los sacerdotes de la iglesia local renovaron sus votos. Presidieron la celebración del Mons. Edmundo Abastoflor, arzobispo de La Paz, y Mons. Ángelo Accatino, nuncio apostólico en Bolivia, concelebraron la eucaristía los obispos auxiliares de La Paz, los obispos de El Alto y Castrense y se dio la bienvenida a Mons. Giovani Arana, recientemente nombrado Obispo Auxiliar de El Alto.

Durante la homilía, Mons. Abastoflor explicó el sentido profundo de la Misa Crismal y pidió a los fieles presentes llevar el mensaje del Evangelio a toda la Arquidiócesis de La Paz y del país.

Esta es la celebración en la que se consagra el Santo Crisma (de aquí el nombre de misa crismal) y bendice además los restantes óleos o aceites (para los enfermos y los que se van a bautizar).

La palabra crisma proviene del latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados a los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones que tiene.

La consagración del crisma y la bendición de los otros dos aceites es considerada como una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo.

“Lavado de pies”

Recordó a los sacerdotes que “fueron consagrados para el servicio a los demás y no para estar encima de nadie”. Este signo se recordó ayer con el lavado de los pies.

Cuando el Evangelio de San Juan relata que Jesús decide lavarle los pies a sus discípulos, ofrece un testimonio de la vocación al servicio del mundo y de la iglesia que deben tener los fieles.

Entre los detalles que hacen diferente a la Misa de la Celebración de la Cena del Señor y a otras misas durante el año, es que en la crismal se incluye una parte donde se lavan los pies a los apóstoles, como de la importancia imensa que tiene el servicio al prójimo.

Un total de 12 enfermos y niños de diversos hospitales fueron protagonistas del tradicional lavatorio de pies en la Catedral de Nuestra Señora de La Paz. De igual manera se desarrolló esta labor de servicio en la parroquia La Merced.

Estas acciones constituyen un recordatorio de la primera eucaristía instituida por Jesús; y uno de los elementos principales, después de la lectura del sagrado evangelio de San Juan.

El lavatorio de pies estuvo a cargo del obispo de la Arquidiócesis de La Paz, monseñor Edmundo Abastoflor, quien lavó los pies a los enfermos, en cambio en La Merced fue a los representantes de las hermandades del templo.

 
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