Publicidad

    



[Armando Mariaca]

Jesús, al morir y resucitar aseguró salvación del hombre


Conforme más pasa el tiempo, más certeza hay de que Cristo aseguró la salvación de la humanidad mediante Su muerte y resurrección conforme anuncio de las Sagradas Escrituras y las pruebas aportadas por quienes asistieron a hechos gloriosos que han asegurado vida y caminos seguros para la salvación de todos los hombres.

Creer en Cristo es asegurar nuestra creencia en Dios, Creador del universo y Padre que es amor, fe, esperanza y caridad. La creencia en Jesús se hizo, a través de todos los tiempos, la fe que se apoderó de todos los corazones y convirtió al ser humano en amigo del Señor, en hermano de todos en la fe puesta en el Creador; pero, bajo condiciones, si bien no anunciadas expresamente, manifestadas a través de los siglos por las pruebas que el mismo Jesús dejó al abandonar la tierra en que vivió, murió y resucitó.

La fe es dogma cristiano; es caridad y esperanza, es fuerza que da fortaleza al ser humano y así no sean patentes materialmente esas condiciones, subsisten y son parte del diario vivir. El hombre, por su misma condición de falibilidad, está sujeto a peligros muy serios para la fortaleza de su fe, de mermar sus virtudes y valores; pero, cuando renacen, adquieren las fuerzas precisas para enfrentar hasta las más complicadas dificultades.

El hombre, aunque soberbio y petulante, siente que la presencia de Dios en su vida es importantísima y necesaria; cree que sin Él sería imposible la vida y siente que sus actos tienen solidez y seguridad, que la base y fundamento de la vida es la fe; pero, inconscientemente o no, declina esa fe y debilita sus propias esperanzas y se aferra a lo circunstancial y efímero de la vida abandonando su creencia en Dios porque considera que los valores de la vida están en lo que puede tener a la mano, al disfrute momentáneo, a creer que él es, por sí mismo, suficiente para vivir su vida.

La Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo son pruebas terminantes para que la fe se fortalezca, se haga necesaria en todo instante de la vida sin retaceos de ninguna clase; esa fe tiene su fortaleza en lo que Cristo sembró en el espíritu de cada hombre enterrado en el corazón. Con Su pasión y muerte Jesús ha mostrado que Dios, Creador Padre y Él, Cristo, Salvador de la humanidad, encarnan una verdad: Dios, en toda su inmensidad y omnipotencia, en los ámbitos más recónditos de las esperanzas que dan fortaleza al espíritu practicante de virtudes fortalecidas, puede vencer los males que afectan al mundo.

El recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en la Semana Santa es una invitación para que el hombre examine su conciencia y su vida y, considerando lo que hizo Jesús con el sacrificio de Su vida, se proponga cambios que permitan enmendar lo mal hecho y asumir el propósito de obrar conforme a la Ley de Dios y seguir los caminos señalados por quien vino al mundo para la salvación humana, para que Dios, para la redención conseguida en la Cruz, perdone al mundo y lo guíe; pero, generalmente, pasada la Semana Santa y pese a los propósitos hechos en bien propio y de los demás, se vuelve a los caminos que durante todo el año repiten conductas que se prometió abandonar. ¿Cuántas veces ha declinado nuestra fe tan sólo por no respetar lo prometido en momentos en que se cree que habrá posibilidad de mejores comportamientos? ¿Cuántas veces, especialmente en momentos difíciles, se acude al auxilio del Señor comprometiendo seguir el camino trazado por Jesús y luego, volvemos a las mismas conductas que contradicen todo lo prometido? ¿Cuánto lastimamos, conscientemente o no, a nuestros semejantes, tan sólo porque las virtudes que creemos tener son solamente apariencias?

Cristo, con Su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección nos sacó de una eterna condenación al redimirnos de todo pecado porque Él logró que el Creador nos sienta siempre como sus hijos. Lo correcto sería que en todo momento aceptemos agradecidos los bienes recibidos del Señor y enmendemos lo malo y acatemos conforme a la Ley de Dios, inclusive los que “gracias a Dios se sienten ateos” y crean sus propios dioses, vean la luz de Cristo que los encamine debidamente olvidando sus odios, complejos y revanchismos que han hecho muchos males a la humanidad, conjuntamente a los causados a sus semejantes.

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (841 Kb)      |       PDF (345 Kb)



Caricatura


Sociales

Daniela Rico en el Artespacio CAF

La artista paceña Daniela Rico, durante la ceremonia inaugural de la exposición.


Publicidad