El papa Francisco, emulando a Jesús de Nazaret en la “Última Cena”, lavó los pies a doce personas, en este caso presos provenientes de distintas partes del mundo y de diferentes confesiones religiosas.
En concreto eran cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un nigeriano y uno de Sierra Leona. Eran católicos, dos musulmanes, uno era cristiano ortodoxo y otro budista, informó el Vaticano.
Ante cada uno de ellos el Pontífice se arrodilló y, con una jofaina y una palangana de plata, lavó y besó sus pies.