Odios políticos amenazan los derechos en América

El informe Anual de Amnistía Internacional señala: “América vive un momento de retroceso en derechos humanos, en el que la retórica divisora y los discursos del odio se están materializando en políticas públicas. El ambiente regresivo existe a nivel mundial, pero muy particularmente en las Américas es un caso excepcional, es región que supuestamente avanza en materia de derechos humanos. Hoy vemos un contexto de regresión en donde estos discursos de odio, estas retóricas discriminatorias no solo generan una situación divisora, sino que además se están convirtiendo en políticas públicas”.

Amnistía Internacional expresa que “el discurso del odio como amenaza a los derechos humanos hace que el mundo esté viendo las terroríficas consecuencias de la retórica de odio que puede normalizar la discriminación masiva contra grupos marginados”.

El informe señala claramente cómo las políticas discriminatorias han creado precedentes funestos para que el racismo y la discriminación sean parte de la vida; muestra cómo los países de América Latina también actúan bajo criterios discriminatorios y hacen abstracción de los derechos de marginados y muy especialmente de las clases campesinas y gentes del campo que padecen extremos de pobreza. Es el caso de Venezuela, cuya población se ve obligada a emigrar, por no contar con lo necesario para vivir en su país y, además, para preservar la vida de la persecución y odio político desencadenado por Nicolás Maduro. Menciona el informe: “Ya hemos documentado casos de deportaciones de un gran número de personas que viven tragedias en Venezuela. Se está viendo situaciones de tráfico y explotación sobre todo sexual. Venezuela, dice, vive una de sus peores crisis de derechos humanos en la historia reciente con una situación política caótica y una crisis de suministros alimenticios y médicos en deterioro que lleva a miles a protestar y a migrar”.

Refiriéndose al caso boliviano, manifiesta: “en Bolivia todavía existe la violación de los derechos de los pueblos indígenas, además de que el país es uno de los que presenta un ‘riesgo extremo’ para los defensores de los derechos humanos”. Son precisas las preocupaciones de Amnisty International por lo que pudiese ocurrir en el futuro, especialmente por lo que puedan hacer quienes abusan del poder y bienes económicos de países en los que hay tendencia a mantener condiciones de pobreza, discriminación, odios, racismos y complejos que complotan contra la vida y derechos a través de encontrar medios para permanecer en goce del poder político por tiempo indefinido. Condena, como es lógico, los extremos a que se llega y que resultan precedentes muy graves para la paz y seguridad de los pueblos.