Presidente Donald Trump
• Rusia acusó a EEUU de crear en Siria los cimientos para una guerra a gran escala • El gobierno ruso, Irán y Turquía intentan exhibir unidad en la crisis siria
Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado instrucciones a su cúpula militar para que comience a planear la inminente salida de Siria de las tropas del país, que lideran una coalición de más de 60 naciones que combaten el islamismo extremista en la región, informaron ayer fuentes locales.
De acuerdo con el diario The Washington Post, el presidente aprovechó una reunión celebrada este martes con algunos de los principales responsables del área de seguridad para transmitirles su deseo de que le presenten un plan de salida de Siria.
La veracidad de esta información fue confirmada, en parte, por el director nacional de Inteligencia, Dan Coats, quien esta mañana dijo a un grupo de periodista que el presidente ya ha tomado una decisión al respecto, según informó la cadena CNN.
PERMANENCIA DE MILITARES
Trump, no obstante, estaría dispuesto a que un pequeño remanente de militares permaneciera en Siria con el objetivo de preparar a las Fuerzas de seguridad locales para que se hagan cargo de la protección de los territorios ya liberados de la presencia del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Asimismo, Trump subrayó que, en cualquier caso, la presencia de Estados Unidos en Siria no se extendería más allá de la victoria sobre los yihadistas.
Esta afirmación podría suponer un revés para los principales aliados de Washington en su lucha en el país árabe, las opositoras Fuerzas de Siria Democrática (FSD), cuyo objetivo, más allá de derrotar a los islamistas, es derrocar al presidente Bashar al Asad.
De hecho, en enero Hadi al Bahra, uno de los miembros de la delegación de la principal agrupación opositora siria que viajó a Washington a comienzos de año, aseguró a EFE que habían recibido “garantías” del Gobierno estadounidense de que solo contemplaba “una transición” política como solución duradera al conflicto que azota al país desde 2011.
ESTADO ISLÁMICO
Sin embargo, en los últimos meses, el Pentágono ha venido insistiendo en que su único objetivo en Siria es la derrota del Estado Islámico, dando a entender que la salida de Al Asad, que cuenta con el beneplácito del Kremlin, no es un tema que siga interesando a la Casa Blanca.
“Estamos machacando al Estado Islámico. Estaremos saliendo de Siria muy pronto (...). Estamos allí por una razón: encontrar al EI, acabar con el EI e irnos a casa”, aseguró Trump la semana pasada durante un discurso en Richfield, a las afueras de Cleveland (Ohio).
Ayer, el mandatario volvió a insistir en el asunto al quejarse de que Estados Unidos ha gastado más de 7.000 millones de dólares en Oriente Medio en los últimos años y no ha conseguido “nada más que muerte y destrucción”.
Sin embargo, casi al mismo tiempo que el comandante en jefe estadounidense hacía estas declaraciones, el general Joseph Votel, jefe del Mando Central (Centcom), responsable las operaciones de las Fuerzas Armadas en Oriente Medio, aseguraba que en Siria lo más difícil “está aún por llegar”.
CASA BLANCA
En todo caso, la Casa Blanca aseguró ayer en un comunicado que “consultará” con sus aliados cualquier decisión referente a “futuros planes” y aseguró que tanto Estados Unidos como sus aliados siguen “comprometidos” con la lucha contra la presencia de terroristas del Estado Islámico en Siria.
Consultado por EFE, el Departamento de Defensa rechazó comentar “escenarios hipotéticos” y se limitó a confirmar que “de manera rutinaria los comandantes realizan recomendaciones privadas al presidente a través de la cadena de mando”.
A pesar de que ya durante su campaña electoral Trump había expresado su voluntad de disminuir la presencia estadounidense en los diversos conflictos en los que toma parte, la decisión de anunciar la próxima retirada de sus tropas de Siria atentaría contra la estrategia anunciada por la propia Casa Blanca en agosto.
RUSIA
EEUU crea en Siria los fundamentos para desencadenar una nueva guerra de envergadura contra todos, declaró el jefe de la Dirección de Operaciones del Estado Mayor General ruso, Serguéi Rudskói a la agencia rusa Sputnik.
“EEUU tomó el camino hacia la división de Siria y ahora crea los cimientos para un conflicto que tarde o temprano se transformará en una nueva guerra donde todos lucharán contra todos”, dijo Rudskói al intervenir en la VII Conferencia Internacional de Seguridad en Moscú.
UNIDAD EN SIRIA
Según publicó la agencia española El País, reunidos en Ankara, Putin, Erdogan y Rohaní hicieron gala de buena sintonía en un encuentro que supone la continuación del llamado Proceso de Astaná, lanzado de forma paralela a las moribundas negociaciones que patrocina la ONU en Ginebra.
“El formato Astaná es muy productivo. La violencia en Siria se ha reducido y los refugiados han comenzado a regresar a su país. Ahora trabajaremos por reforzar la vertiente política de la solución a la guerra”, afirmó el presidente ruso al término de la reunión, cuyo comunicado certifica que “la única intervención extranjera efectiva” en Siria es este tipo de reuniones trilaterales. No le falta cierta razón: ante la menguante influencia de las potencias occidentales -con las que antes hacía piña Turquía en su apoyo a la oposición siria- el trío de Astana es quien se ha erigido en rector del futuro de Siria.
OBJETIVOS
Entre los objetivos pactados por los tres mandatarios está reforzar las “zonas de reducción de hostilidades”, un proyecto que pretendía establecer alto al fuego en localidades pero que ha sido respetado de forma desigual (más en el sur que en el norte). Se pretende con ello fomentar la “paz y estabilidad” para que los refugiados y desplazados por el conflicto regresen a sus hogares o, cuanto menos, a su país.
“Aquellos que estaban en campamentos y casas prefabricadas han comenzado a regresar a Yarablus. Unos 160.000 hermanos sirios han regresado a las zonas de Al Bab y Yarablus (en el norte de Siria y bajo control del Ejército turco)”, aseguró Erdogan, que pretende también que el cantón kurdo de Afrin, recientemente conquistado por las Fuerzas Armadas de Turquía, aloje a miles refugiados acogidos en territorio turco. Si bien activistas locales afirman que Ankara está enviando a Afrin a refugiados árabes de otras zonas de Siria para alterar la demografía del lugar y ejecutar así una “limpieza étnica” contra los kurdos. Las prisas del presidente turco por que los refugiados vuelvan a casa tienen una razón: el año que viene se enfrenta a tres elecciones cruciales para su futuro político y la presencia de más de tres millones de sirios en Turquía comienza a pesar en los barrios populares, que son uno de los principales graneros de votos del político islamista. (Agencias)
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