Rendir homenaje de admiración y respeto al matutino EL DIARIO, fundado el 5 de abril de 1904, es también motivo para hacerlo a su fundador, el ilustre patricio Dr. José Carrasco Torrico, cuya convicción y conducta rectilínea se constituyen en solidos pilares sobre los que descansa dicho órgano de prensa entregado a luchar por el mejor destino de la Patria y el bienestar de su pueblo.
El Dr. Carrasco, según Eduardo Diez de Medina, “era un hombre con palabra suave, pero convincente que exponía sus planes con firmeza, alentaba nobles ideales de renovación para el mejor porvenir de Bolivia”. El intelectual Casto Rojas señalaba: “Carrasco era un hombre múltiple en su actividad diaria del periodismo, la diplomacia y las leyes”.
Bolivia tuvo en el Dr. Carrasco Torrico a un valioso defensor de la causa marítima con sus argumentos histórico-jurídicos que dieron lugar a la publicación de su obra titulada “Bolivia ante la Liga de las Naciones”. Esta obra hubiera enriquecido en gran medida los alegatos de Bolivia en el Tribunal de la Haya, pero no fue tomada en cuenta.
En su primer editorial, EL DIARIO señalaba “Independiente, absolutamente independiente. No tiene líneas políticas sino sociales. No venimos a destruir a nadie. No aspiramos a otra cosa que a sostener con imparcialidad los verdaderos intereses nacionales”.
Con el pasar del tiempo, caudillos bárbaros y letrados, dictadores militares y gobiernos patrioteros, poniendo por encima de sus responsabilidades sus ambiciones personales y de grupo, no hicieron otra cosa que rasgar las vestiduras de la Patria.
Es así que el año 1925, cuando se cumplía el centenario de Bolivia. EL DIARIO en su edición extraordinaria expresaba “Que los errores de hoy y los ayer alienten nuestra voluntad de enmendarlos, que las desgracias de la Patria fruto de tantas discordias y desaciertos encuentren en nosotros el propósito firme de orientar la política de Bolivia hacia finalidades más puras”.
Durante el gobierno del Tcnl. Gualberto Villarroel en 1945, se organizó el 1er Congreso Indígena por el cual se comenzó a luchar contra el pongueaje. EL DIARIO celebró este acontecimiento señalando: “Las mujeres y los hombres del campo deben ser incorporados a los derechos ciudadanos porque como bolivianos son iguales ante Dios y ante la ley”.
En los prolegómenos de la Revolución del 9 de abril de 1952, EL DIARIO denunció los fraudes de la Gran Minería, tarea que le fue encomendada al escritor Fernando Diez de Medina.
Para la conquista de la democracia, el Decano de la Prensa Nacional apoyó las movilizaciones populares de la UMSA hasta lograr que el gobierno del Gral. Vildoso hiciera entrega del Poder al Dr. Hernán Siles Zuazo.
Siempre han sido sólidos principios los que han guiado a este matutino para construir una doctrina de paz, concertación y trabajo a favor de la Patria y la democracia.
Las libertades de pensamiento, de expresión y de información constructiva han estado permanentemente resguardadas por la presión de gobiernos autócratas. De la misma manera se ha defendido el respeto a la Ley de Imprenta ante intentos para revisarla por intereses políticos.
Las ediciones diarias de este matutino siempre registran ideas, iniciativas y propuestas para que sean diversificadas las estructuras productivas, sean eliminados los obstáculos que frenan la expansión de la grande, la mediana la pequeña industria y la artesanía, por ser generadores de empleos sustentables, pero además, para que Bolivia sea un país competitivo ante la globalización de la economía mundial.
EL DIARIO siempre ha honrado la memoria de sus mayores al defender los intereses de la Patria, de la democracia y el bienestar del pueblo, herencia de la que ahora son depositarios sus actuales ejecutivos. Esas virtudes también han permitido que esta alta escuela del pensamiento libre, haya forjado una legión de destacados y valientes redactores que apegados a la verdad y al sacrificio, tengan el honor de hacer confiables y creíbles sus mensajes y su proceso informativo. Que mayor honra les puede haber deparado el destino.
EL DIARIO en su editorial de fecha 5 de abril de 2002 afirmaba: “Estamos orgullosos de ser los continuadores de esta obra titánica, la que no pudo ser derribada por el tiempo y menos por la mano del hombre, manteniéndose incólume frente a la diatriba, la difamación, las clausuras, los asaltos y otros intentos de acallar su voz, los que en lugar de debilitarla más bien la fortalecieron, acrecentando su prestigio y su credibilidad ante el pueblo boliviano”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
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