Caso de discriminación en el Oriente

Un catedrático de la Carrera de Derecho de la Universidad Gabriel René Moreno de Santa Cruz ha causado revuelo a nivel nacional por sus palabras discriminadoras y ofensivas contra “los collas” (población del Occidente del país genéricamente así denominada), haciendo a una estudiante víctima propiciatoria de maltrato en su clase.

La reacción contra esa actitud se hizo patente desde la propia Universidad, el Comité Anti Racismo, el Defensor del Pueblo y el Ministerio Público cruceño, de oficio. La Uagrm –se dice- inició un proceso administrativo que determinaría la suspensión del injuriador. Entre las expresiones de éste, plagadas de insultos irreproducibles, sindicó a los “collas” de “ladrones, corruptos, delincuentes, masistas”. Tildó a La Paz expresamente de “centralista”, sintiéndose “robado” en sus aportes; añadió “nosotros no somos ladrones, no somos asaltantes, pero los collas sí son, hijos de…”. Dijo apellidar Herrera y se calificó de camba, autonomista. Ante sus frases la alumna solamente le reprochó: “Usted se molesta cuando se le pregunta”, siendo expulsada del aula. Es un falso e ignorante estereotipo atribuir centralismo a La Paz, centralista es el Gobierno, y su primera víctima son los paceños, constreñidos al presupuesto departamental más bajo del país.

No hay duda que la Uagrm y el resto de universidades deben poner mayor cuidado en la selección de su plantel docente. De lejos este sujeto hace quedar mal a ese Centro de Estudios, que debe su nombre a una figura destacada de las letras, cuyo prestigio trascendió las fronteras. Gabriel René Moreno, dueño de un lenguaje depurado, no merece el insulto de una actitud procaz e impropia de quien oficia de “catedrático”. La molestia y el insulto sobrevienen en un docente por falta de capacidad y de principios pedagógicos y éticos. En este caso se impone la depuración como antecedente necesario, por cuanto no es la primera vez que se denuncia hechos discriminatorios en dichas aulas.

A propósito, conviene diferenciar el racismo de la discriminación. Bolivia, en especial, se compone de una población de más del 50% de mestizos (simbiosis de dos razas) y de otro tanto de indígenas originarios. Desde los años 50 del Siglo XX ha ido desapareciendo el “racismo”, en el sentido de menosprecio del mestizo al originario y, por qué no, a la inversa. Entonces no es posible un racismo entre racialmente afines. Es obra del actual Gobierno el renacimiento de las rivalidades sociales por su exagerada adicción ideológica, destacando una suerte de etnocentrismo aymara. La discriminación propiamente dicha tiene otro ámbito, y pueden darse, como en todas partes del mundo, discriminaciones de unos a otros por diversas circunstancias, cosa que difiere de actitudes puramente racistas.