Casa Dorada: Tímido tesoro andaluz

Tarija (Especial).- Considerada Monumento Nacional, la colosal “Casa Dorada” con 115 años desde su construcción, se constituye en una muestra arquitectónica exquisita, en pleno centro de la “ciudad andaluz”.

EL DIARIO visitó este espacio turístico que sobresale entre todas las edificaciones urbanas de su alrededor, no solo por su extensión, sino por la inconmensurable riqueza que contiene entre sus paredes.

Las características columnas y sus musas son visibles desde la calle. Se encuentra ubicada entre la Ingavi y General Trigo. Actualmente funciona como Casa de la Cultura de Tarija y es considerada “Monumento Nacional” desde abril de 1992.

El edificio es de estilo modernista. La fachada destaca las columnas, los balcones con barandas de hierro. En su creación, la planta baja estaba dedicada al comercio.

Su preservación y administración está a cargo de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, instancia que se encarga de su mantenimiento y de los registros no solo del horario de visitas sino de la cantidad de personas que demandan hacerlo.

“No grabar audio, no filmar y menos sacar fotografías”, son las recomendaciones de los anfitriones.

Cumpliendo estos requisitos, comienza el viaje por la historia: Moisés Navajas Ichazo y Esperanza Morales Serrano, considerados en su tiempo los “Millonarios de Tarija”, fueron los precursores de la monumental obra, en el año 1903.

A la muerte de estos ciudadanos, que no tenían descendencia, la obra, más las riquezas que contenía, pasaron a cargo de entidades regionales; instancias desde la que fue conservado el tesoro.

La explicación histórica da cuenta que a lomo de mula y por caminos de herradura, los esposos trajeron diversos productos desde Europa para abastecer la botica (farmacia) que tenían en su casa, además del mobiliario, alfombras y cortinas, que algunas de ellas aún se conservan, mientras que otras, tuvieron que ser remplazadas por réplicas, ante el daño que sufrieron por el paso del tiempo.

Los esposos Navajas eran acaudalados comerciantes tarijeños que decidieron construir una casa sin par, allá por el año 1887 en pleno centro de la ciudad. Su trabajo les permitió realizar viajes permanentes a Europa, continente del cual copiaron el estilo Art Nouveau o Modernismo para edificar su mansión.

La pareja dedicada al comercio, importaba material agrícola, cristalería, telas, enseres de ferretería, alimentos y golosinas que comercializaban en ciudades argentinas como Salta, Tucumán y Córdoba. Una vez realizados sus negocios por esas regiones emprendían camino hacia su Tarija natal vía Potosí y Sucre, ciudades donde también vendían sus artículos.

Si bien el sector de la planta baja estaba destinado al acopio del comercio que importaban desde Europa, en los espacios privados de la casa, como el salón de recepciones, comedor y un oratorio privado (donde se puede apreciar en el techo, murales pictóricos, que retratan las 14 estaciones de la Vía Crucis de Jesús), elemento que realza la devoción a la religión católica de la pareja.

También se puede apreciar muebles y objetos de calidad inigualable como: Espejos con lunas venecianas, arañas de finos cristales, cortinas de damasco y gobelino, un piano de cedro rojo, esculturas de bronce, un centro de mesa de ópalo y finos muebles de estilo europeo, paredes empapeladas, alfombras persas, las cuales se encuentran debajo de un plástico, con el propósito de evitar su deterioro, por la cantidad de turistas que visitan a diario el lugar.

Se observa que la pareja no escatimó recursos para mandar a plasmar varias muestras de arte plástico de esa época, las cuales aún se mantienen inalterables.

En el interior de la construcción, la planta baja, consta de un corredor de acceso donde se encuentran columnas decoradas y gradas con huellas de mármol blanco de Carrara. Un patio central salta a la vista con un piso de piedras estilo mudéjar. En el primer piso, las piedras del piso tuvieron que ser remplazadas por una réplica.

“Casa Dorada” fue construida gracias al trabajo desarrollado por los hermanos Miguel y Antonio Camponovo, arquitectos suizos de origen italiano, quienes se encargaron de esta obra arquitectónica, tal como lo hicieran con el Castillo de la Glorieta en Sucre.

La administración de la Casa Dorada restringe en demasía la observación de esta obra de arte, puesto que 10 a 15 minutos de explicación, durante el tours, es insuficiente para admirar la belleza monumental del lugar.

Si bien la Universidad Pública se hace cargo del mantenimiento, no realiza esfuerzo alguno por promocionar el lugar, a través de impresos dirigidos al turismo y a las nuevas generaciones, quienes debieran ser los destinatarios de la riqueza cultural para preservarla por muchos siglos más.

EL DIARIO tuvo que efectuar mucho esfuerzo para poder captar las imágenes que les presentamos, con el objetivo de plasmar en la historia de Bolivia esta belleza que se encuentra tímida y muy resguardada en la bella Tarija.

Carmiña Moscoso

(Enviada especial)