Periodistas secuestrados
Quito.- El secuestro del equipo periodístico atribuido a un grupo disidente de las FARC cuya actividad principal es el narcotráfico, ha puesto al Gobierno de Ecuador en una encrucijada ante la que demuestra una pobre experiencia, medios insuficientes y gestión cuestionable, según algunos expertos.
“Debemos identificar primero contra quién estamos luchando... ¿Contra disidentes de las FARC, narcotraficantes, respondiendo al empuje de las Fuerzas Armadas de Colombia que los arrastran a nuestra frontera?”, se pregunta el analista militar y doctor en Ciencias Políticas, Oscar Montero.
FUERZAS ARMADAS
Para este investigador natural de Madrid y que trabaja para el Centro de Estudios estratégicos de la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE) de Quito, el Gobierno ecuatoriano no ha identificado aún contra qué grupos o individuos se enfrenta para combatir la inseguridad en la frontera con Colombia, imprescindible para conocer cómo se debe operar.
La zona de la divisoria ha sido escenario desde enero de atentados con explosivos contra objetivos de seguridad, el primero contra el principal cuartel de la Policía en San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, con un coche bomba que dejó 28 heridos y daños en infraestructuras.
El desencadenante, según fuentes de inteligencia, fue el arresto de varios integrantes de uno de los principales grupos que controlan el paso de la droga en la zona bajo el mando de a Walter Patricio Artízala Vernaza, alias “Guacho”, considerado jefe de las disidencias de las FARC.
AGRESIONES
Desde entonces, se han reproducido agresiones contra fuerzas de seguridad ecuatorianas en la región limítrofe, que han dejado cuatro soldados muertos y una decena de heridos.
El 26 de marzo las autoridades confirmaron el secuestro de tres miembros del equipo periodístico y esta semana un vídeo en el que aparecen encadenados reveló que están bajo captura del grupo “Oliver Sinisterra” que dirige el “Guacho”.
Además, el pasado miércoles se registró en el cantón de Viche, en el interior de Esmeraldas, una explosión que tuvo como objetivo una torre de electricidad, suceso tras el que se han detenido a nueves sospechosos, entre ellos, aparentemente, un cuñado del líder guerrillero disidente.
“El primer atentado dijo: Señores aquí estamos y somos capaces de mucho más. Pero hoy tenemos cuatro muertos, tres secuestrados y vamos a ver qué viene”, expone Montero.
FRONTERA
Anota que desde el ámbito académico, “venimos alertando desde hace 5 años sobre la situación en la frontera en relación a los diferentes cárteles que habían empezado a actuar en Ecuador”.
Cree “urgentísimo” buscar mecanismos de colaboración con EEUU, a su juicio, “el país que tiene más claro cómo se mueve el narcotráfico en Colombia y América Latina”.
Y se suma a las denuncias escuchadas en el país en los últimos días acerca de que la inteligencia se encuentra desmantelada, y considera necesario reconstruirla, “porque en conflictos híbridos donde no ves al enemigo, el combate se hace a través de alta tecnología, equipamiento técnico, radares, helicópteros nuevos y patrullas conjuntas”.
Ecuador compró a una empresa china en la última década radares que nunca funcionaron y que ahora desarrolla la española INDRA, y la falta de vigilancia en las zonas donde se mueve la droga ha permitido durante años los vuelos a baja altura sin ser detectados.
GOBIERNO
Montero censura que el Gobierno no tiene una única voz autorizada, y que el titular del Interior, César Navas, “busca un protagonismo que no le corresponde”, o que la canciller, María Fernanda Espinosa, “debería haber aclarado que se trata de un conflicto binacional que afecta tanto a Colombia como a Ecuador”.
Expertos en inteligencia operativa que prefieren no ser identificados comentaron a Efe que el secuestro “es un tipo de maniobra de extorsión al Gobierno” y no necesariamente un ataque a la prensa ya que los capturados podrían haber sido turistas extranjeros, “una técnica que las FARC siguen durante años en Colombia”.
Sobre la demanda de los captores de anular la lucha antiterrorista con Colombia la consideran inaceptable para cualquier Gobierno y se inclinan por un canje de prisioneros.
En Ecuador operan muchos subgrupos que trabajan en las diferentes fases del narcotráfico y se calculan entre diez y doce, con una media de 1.500 a 2.000 hombres, especialmente a lo largo de la frontera en las provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos.
Alertan los expertos de que la situación pueda radicalizarse en el caso de que los narcos no consigan sus objetivos, y que su siguiente paso sea “generalizar el problema colocando artefactos en zonas turísticas”. (EFE)
Portada de HOY |
Editorial |
Portada Deportes |
Caricatura |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 8.42 Bs. |
1 UFV: | 2.25401 Bs. |
Impunidad |