El líder de la izquierda y senador chileno, Gabriel González Videla, inmerso en la carrera presidencialista, en la década del 40 del siglo pasado, desestimó la posibilidad de una revisión del Tratado de 1904, en la Conferencia Internacional de San Francisco, en 1945.
González Videla participó de ese evento como uno de los integrantes de la delegación chilena presidida por el canciller Joaquín Fernández. Además de otras personalidades como: José Maza, Miguel Cruchaga Tocornal, Marcial Mora, Félix Nieto del Río, Guillermo del Pedregal, Eduardo Cruz - Coke y Oscar Gajardo.
“En nuestro continente americano todas las fronteras políticas están fijadas mediante pactos cuya validez y respeto es indispensable... Gobiernos militares y revolucionarios, como el de Bolivia, no dejarán jamás de agitar cuestiones limítrofes que saben ya resueltas, para mantenerse en el poder, aunque sea a riesgo de provocar la inquietud en el continente”, señaló, categóricamente, González Videla (1).
De esta manera el parlamentario chileno reiteró su posición antagónica a la reivindicación marítima boliviana. Primero Chile y siempre Chile, diría entonces.
“Hablemos claro; lo que ustedes quieren es la revisión de su tratado con Chile. No se trata de una cuestión de principios...”, acotó (2).
Empero posteriormente, ya en función de gobierno, el estadista chileno González Videla cambió de criterio y asumió un gesto solidario con la causa boliviana. En consecuencia: en 1948 manifestó, en nombre del pueblo y Poder Ejecutivo, la predisposición para ceder a Bolivia una salida al Pacífico. Intención que fue transmitida al embajador boliviano en Santiago, Alberto Ostria Gutiérrez. El acercamiento bilateral culminó con las Notas de 1 y 20 de junio de 1950.
Fue un cambio importante en la política internacional chilena en la era de González Videla. Después de todo surgía una luz al final del túnel. Una señal que fue bien recibida no sólo en Bolivia sino en la región.
González Videla, como todo mortal, habría reflexionado, posiblemente, en torno a su futuro; como político tuvo el tino de recular en sus acciones y como estadista tomó las previsiones, del caso, por un devenir mejor. Pues adoptó actitudes, con altruismo, priorizando, siempre, el bien común.
En suma: la palabra y el pensamiento del abogado, diplomático, periodista y estadista Gabriel González Videla aún dan mucho que hablar.
(1) Raúl Aldunate Phillips: “300 delegados en San Francisco”, Zig - Zag, Santiago de Chile, 1946. Pág. 179.
(2) Ídem. Pág. 182.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |