La batalla de La Tablada

La activa intervención de tarijeños con la incorporación de contingentes de guerrilleros a las unidades del Primer Ejército Auxiliar Argentino, cuyo comandante era el general Manuel Belgrano, tuvo un primer éxito con el triunfo de Suipacha, el 7 de noviembre de 1810. Los patriotas chapacos, organizados en una republiqueta en San Lorenzo -para confrontación y defensa- participaban en acciones de ese ejército y de otros dos que le sucedieron, llegando hasta La Paz por el norte y hasta Tucumán por el sur. Independientemente de este valioso aporte a la causa libertaria, en el sur del Alto Perú actuaban férreamente Eustaquio “Moto” Méndez y Francisco Pérez de Uriondo, amagaban sin cesar en ataques sorpresivos y relámpagos que tenían en jaque día y noche, causando desconcierto a las tropas leales a la Corona española del virrey general José de la Serna.

A marchas forzadas, para cumplir su misión de auxilio a los altoperuanos el ejército argentino con el tucumano teniente coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid, a la cabeza de una importante fracción de veteranos luchadores, se dirigió a Tarija y el 8 de abril de 1817 derrotó a una unidad realista en Cangrejillos. En el “Abra del Gallinazo” se le unió el “Moto” Méndez montado sobre un brioso caballo y blandiendo con la mano izquierda su sable con sus montoneros, haciéndose cargo de una avanzada encargada de limpiar el campo de enemigos y de otros peligros en el camino para el ingreso del ejército.

La ciudad de Tarija estaba fuertemente guarnecida por aguerridas unidades españolas, como los “Granaderos del Cusco”. El realista coronel Mateo Ramírez, defendía la plaza, era gobernador de la provincia, y a los alrededores se levantaron trincheras para preservar a la población y evitar el ingreso del intrépido “Moto” Eustaquio Méndez Arenas.

Otra fuerza se encontraba en Concepción al mando del comandante Andrés de Santa Cruz, que servía a las fuerzas del monarca español con unidades de caballería e infantería. El 14 de abril de 1817, una parte de las fuerzas patriotas se ubicó en La Tablada a 4 Km de Tarija y otra en las alturas de San Juan. Lamadrid, entre 10:30 del 15 de abril, atacó en La Tablada de Tolomosa a fuerzas superiores a las suyas, en tanto que los montoneros cargaban contra los “Granaderos del Cusco”.

Lamadrid atacó por el centro, el “Moto” con sus escuadrones de caballería, a su vez, por la retaguardia y el ala izquierda. Otra fracción chapaca, comandada por el coronel Ramón Rojas, Francisco Pérez de Uriondo y su hermano Manuel, José Manuel Avilés, Pedro Antonio Flores, Manuel Rojas, Mateo Berdeja, Manuel Cainzo, José Antonio Ruíz, José Esteban Garay, Matías Guerrero y otros guerrilleros impedían que las fuerzas superiores que se hallaban en la villa, pudieran salir en auxilio de Ramírez.

Cuando esos refuerzos llegaron al lugar, la batalla de La Tablada ya había concluido. El combate duró poco tiempo, los realistas españoles tuvieron 64 muertos y los patriotas tarijeños uno solamente.

Los españoles estaban derrotados, pero no capitulaban, Ramírez los hizo rendirse, después, en ceremonia especial que tuvo lugar en lo que hoy son los predios del hospital “San Juan de Dios”, hubo rendición total, muchos prisioneros, entre ellos el propio coronel Ramírez y el comandante Andrés de Santa Cruz, que fue apresado y rendido, quien posteriormente, sería presidente del Perú y Bolivia, creador de la Confederación entre los dos países.

También fueron tomados 18 oficiales, 274 soldados y más de 400 fusiles y municiones. La victoria fue total. La Villa de Tarixa había contribuido con más 1.300 chapacos en loables hazañas incluidas pequeñas fracciones que se habían incorporado el día anterior.

CAMPAÑA LIBERTARIA

Este hecho de armas y la consiguiente derrota española, tuvieron enorme repercusión en el curso de los acontecimientos y en el resultado final de la campaña libertaria. Las fuerzas tarijeñas continuaron cooperando al Ejército Auxiliar y sobre todo custodiando celosamente el extenso territorio para evitar nuevas incursiones de las fuerzas monárquicas. La continua participación de los bravos chapacos en los ejércitos argentinos contribuyó eficazmente a la consolidación de la ansiada libertad del Alto Perú en la epopeya de los 15 años de lucha por romper las cadenas de la esclavitud a través de la Guerra de la Independencia.

TARIJA EN ARMAS

Durante el gobierno del Mariscal Antonio José de Sucre, Tarija se levantó nuevamente en armas, pero esta vez contra el gobierno de la Argentina, con el propósito de tomar parte de la nueva República Bolívar, y de manera definitiva se concretó el 26 de agosto de 1826. “El encargo del heroico pueblo tarijeño, es que antes desaparecerá del mapa, que dejar de pertenecer a la nueva república por la que hemos luchado”, fueron los valientes términos de los tarijeños a las pretensiones de la Argentina de anexar este territorio a ese país. Esta actitud noble de patriotismo enorgullece a los chapacos del 15 de abril de 1817, que han preferido la incorporación de Tarija (la muy leal y muy fiel) a Bolivia.

MOTO MÉNDEZ

¿Por qué le llamaban el “Moto”?. Se dice que en cierta ocasión, cuando Eustaquio iba a tomar su caballo, después de discutir con su padre, tomó una mula que se espantó repentinamente, y en su huida el lazo del animal se enredó en el brazo de Méndez, que fue arrastrado hasta casi arrancárselo. La mano quedó unida al brazo por un tendón y luego, con asombrosa serenidad, tomó con la mano izquierda su machete que llevaba en la cintura y se la cortó.

Otra versión afirma, por haber agredido a su madre. Desde entonces fue apodado como el “Moto” Méndez, un caudillo y destacado jinete nacido en Carachimayo, San Lorenzo, Tarija, el 19 de septiembre de 1784. Hijo de padres españoles, sin embargo, luchó por la independencia de los nacidos en estas tierras y a favor de los campesinos. El Libertador Bolívar lo ascendió a coronel. Murió el 4 de mayo de 1849 en la batalla de Santa Bárbara.

Libro “Historia de Bolivia” de Floren Sanabria G.