Adrián Javier Álvarez Arismendi
La “ciberdelincuencia” es uno de los delitos transnacionales de más rápido crecimiento a nivel mundial. Esta evolución de Internet y la tecnología informática genera una mayor dependencia que ocasiona riesgos para la población. Muchos de los que hacen uso de las nuevas tecnologías son presa fácil para las organizaciones criminales.
El número de usuarios en las redes sociales va en aumento. Un reciente informe de la estatal Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), da cuenta que el 90,6 por ciento de los internautas en Bolivia, de un total de 8,8 millones de usuarios, de una población de 11 millones, utiliza el teléfono celular para navegar en Internet. En esa misma magnitud también crecen grupos irregulares, “ciberdelincuentes”, que constantemente están renovando sus métodos.
Ante la ausencia de mecanismos de protección y prevención para usuarios de Internet, surgen estos nuevos grupos delictivos, que se dedican a estafas y extorsiones, al brindar una serie de posibilidades y regalos a quienes navegan, sobre todo por las redes sociales.
Entre los delitos más conocidos se encuentra la “Lotería internacional”, que consiste en que una o más personas crean una cuenta falsa de supuestos ejecutivos de inversiones, con la finalidad de convencer al usuario para el envío de mensaje por Messenger, WhatsApp o Facebook, manifestando que el nuevo “cliente” es ganador de un monto millonario de dinero por sorteo. Por ello le piden una cuenta bancaría para realizar el supuestos depósito. Si el usuario desconoce este tipo de delito, envía datos personales y su cuenta bancaria, y en poco tiempo será víctima de estafa y robo de sus ahorros.
Una segunda forma de estafa consiste en ofrecimientos de una “beca de estudio por Internet”, sea para aprender un idioma, hacer especialidad o maestrías. Una vez que publican las ofertas de estudio con base en varias convocatorias, el interesado debe hacer un depósito como registro a una cuenta bancaria, para ser favorecido con la beca. Una vez realizado el pago, de forma inmediata desaparece la plataforma de información o simplemente los datos que eran publicados son falsos.
Finalmente las “promesas de trabajo” constituyen una tercera modalidad. Ante la necesidad de encontrar empleo, se hace ofertas a través de Facebook u otra plataforma, donde los delincuentes prometen trabajo en otros países, con buenos sueldos, pero al final solo se trata de reclutar personas para que sean víctimas de diferentes delitos.
Por todo lo expuesto, es importante que la población antes de enviar sus datos personales, datos de cuantas bancarias o hacer depósitos, debe saber que si no tiene conocimiento real de la existencia de las personas o instituciones con las que se relaciona, fácilmente puede ser víctima de estafa. Por ello es necesario evitar dar datos personales y bloquear esos “contactos” irreales, antes de ser víctima y tener que recurrir a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), para que se investigue el caso.
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