Recuerdos del presente
La policía de Brasil, según dice O’ Globo, está convencida de que Gilberto Aparecido dos Santos, alias Fuminho, uno de los mayores capos de la mafia del Primer Comando da Capital (PCC), vive en Chapare, un territorio comprendido formalmente en la geografía boliviana.
El viceministro Felipe Cáceres y el ministro Carlos Romero dicen que Fuminho llegó a Bolivia en 1999, cuando fugó de una cárcel de Brasil, pero que luego se fue a Paraguay, país donde seguramente radica ahora.
El paradero de un mafioso brasileño, segundo hombre de Marcola, el capo del PCC, pone frente a frente la honorabilidad y los blasones de las policías de Bolivia y de Brasil.
Marcola, de nombre Williams Herbas Camacho, de origen cochabambino, como lo delatan su nombre inglés y sus apellidos vallunos, es el jefe del PCC, aunque esté recluido de por vida en una de las cárceles de mayor seguridad en aquel país.
Marcola fue quien dijo hace dos meses, y lo reveló la revista Veja, que su ideal era copiar el método del Chapare, para hacer droga y política al mismo tiempo. Pues ahora recibe la confirmación, de parte de la policía brasileña, de que su segundo hombre está radicado en lo que Marcola considera la “tierra prometida”, la “Meca” sudamericana del narcotráfico, allí de donde surgió el primer gobierno del sistema.
Pero aquí hay una discrepancia. La información del viceministro Cáceres proviene, lo dijo él, de la “inteligencia” de la policía boliviana, “inteligencia” que ahora ha sido puesta a rivalizar con su equivalente de la policía de Brasil.
Dice la policía de Brasil, según esta revelación de O’ Globo, que Fuminho vive en el Chapare y desde allí se dedica a proveer de pasta de cocaína y armas al PCC de Sao Paulo.
El problema de la policía boliviana es que cuenta con una “inteligencia” de dudoso prestigio. No ha podido descubrir hasta ahora quién puso las bombas que conmovieron al carnaval de Oruro en la primera mitad de febrero. Ni ha podido descubrir el origen de la tercera bomba, que estalló en Huanuni este mes, además que no pudo saber cómo y por dónde entró a Bolivia el peruano Walter Chávez.
¿El Primer Comando da Capital instalado en el Chapare? Esta es una tarea de las Fuerzas Armadas. Hace 51 años otro grupo extranjero había osado operar en Bolivia. Y le fue muy mal.
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