Respeto a derechos del niño

El pasado 12 de abril, en su día los niños fueron halagados con una distinción presidencial y los organizadores del acto, sin luces, como en años pasados los disfrazaron de parlamentarios. Esta pantomima debe desaparecer porque es una burla a nuestra niñez inocente, hermosa y digna de mejor suerte. En el país hay más de 3 millones de infantes y no necesitan halagos circunstanciales, quieren soluciones a sus problemas, como la violencia psicológica y física. En áreas rurales un 11% de ellos padece desnutrición. Muchos menores recogen botellas, envases plásticos, calzados usados para sus padres y hermanitos.

En el país miles de niños trabajan en diferentes actividades, en comercio informal, maestranzas de carpintería, talleres de mecánica, panaderías, cultivo de caña en Riberalta, Trinidad, en la zafra, son voceadores de minibuses, lustran calzados, limpian oficinas, etc. Otros desde los 7 años trabajan para ayudar a sus padres que no tienen trabajo.

El demagógico Art. 144 del Código Niño, Niña, Adolescente, promulgado en 2014, fija en 14 años la edad mínima para trabajar, pero nadie acata. Se trabaja desde temprana edad. Muchos piden limosna junto a sus madres. Existen discapacitados, huérfanos, menores abandonados en albergues, maltratados, hospitalizados, quemados por sus madres desalmadas…

Muchas familias están en la extrema pobreza, viven con Bs.10 al día, comen una sola vez y duermen con hambre. Centenares no van a las escuelas. El drama de los infantes carentes de hogar, salud y educación es muy preocupante.

Por otra parte, no se debería permitir concursos de belleza infantil ni mini entradas folklóricas del Gran Poder. En bloqueos y marchas de protestas los niños están adelante… Debe preocupar el alto índice de vejaciones sexuales a menores. Se debe prohibir el tener menores en cárceles junto a sus padres.

Muchos otros aspectos difícilmente serán atendidos con hidalguía y responsabilidad, no obstante haber la Ley No. 548 del Código Niña, Niño, Adolescente, que debería consolidar una cultura de respeto a la Declaración de los Derechos del Niño, pero es ignorada. Existían instituciones caritativas como Unicef. Actualmente la Fundación Arco Iris, fundada por el padre José Neuenhofer en 1994, acoge a niños y niñas de la calle, les proporciona alimentación, vestuario, cuida su salud y les otorga educación. Cuenta con el Hospital Arco Iris, la Casa Esperanza y el Hogar Obrajes. Lo mismo hace “Aldeas Infantiles” que refugia a pequeños, dándoles atención especial y muestras caritativas, alimentación, estudio y vestuario. El Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) que adopta a la niñez abandonada merece gratitud. Estas entidades, así como otras religiosas, merecen el reconocimiento de la sociedad.

En años anteriores, autoridades gubernamentales hablaron de avances para favorecer a los niños, con buenas escuelas, salud, nutrición y buenos hospitales. Asimismo se debería consolidar el Seguro de Maternidad y Niñez, combatir la desnutrición y la mortalidad materno infantil. Es urgente construir sistemas de agua, saneamiento básico y promover hábitos adecuados de higiene en zonas rurales y periurbanas.

Se ofreció proteger a niños y niñas trabajadores que sufren explotación y asegurar el sustento de sus familiares, promoviendo la eliminación del trabajo infantil. Anunciaron profundizar las acciones de coordinación para fortalecer los servicios de protección contra el maltrato, la violencia hacia la mujer y los niños. Pero mucho de eso quedó en buenas intenciones y nada más.

En el gobierno de 12 años del MAS al parecer no hay políticas para proteger a la niñez, solo se empeñaron en maniobras políticas, sin dar importancia al aspecto económico y los males sociales del país. Se mencionará el bono Juancito Pinto, bono Juana Azurduy de Padilla, aunque en la práctica son gratificaciones de tipo político. A los niños hay que darles educación integral para su completa formación y cumplan su rol histórico en el mañana. Mucho se ha dicho que la niñez es el tesoro de los pueblos, el amanecer y la aurora de una nueva nación y es una verdad. El sabio francés Luis Pasteur decía: “Cuando me encuentro frente a un niño, siento por él ternura y respeto, ternura porque es tierno y débil, respeto porque puede llegar a ser un gran hombre”.

Ref: Libro “Calendario cívico boliviano” de Floren Sanabria G.