Debate electoral mexicano
México.- Un preparado Ricardo Anaya, quien supo esquivar acusaciones en su contra, fue el candidato más beneficiado del primer debate electoral mexicano, en que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador supo jugar sus cartas para conservar su ventaja, coincidieron ayer analistas consultados por Efe.
Las dos horas que duró el debate, celebrado anoche en el Palacio de Minería de Ciudad de México, estuvieron copadas por los ataques de los candidatos (el conservador Anaya, el oficialista José Antonio Meade y los independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez) a López Obrador, favorito en las encuestas rumbo a las presidenciales del 1 de julio.
En esta batalla a cinco bandas, en la que se cuestionó el paso de López Obrador, líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), por la jefatura de Gobierno de Ciudad de México y su propuesta de amnistía para los criminales, destacó el conservador Anaya, dijo a Efe el analista político y periodista Rafael Cardona.
PARTIDOS POLÍTICOS
El candidato de la coalición conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano “se mostró más hábil para la retórica, mejor para aprovechar el espacio, y tuvo una mejor capacidad de comunicación hasta en la no verbal”, argumentó Cardona.
Además, logró deshacerse del “lastre que venía arrastrando de semanas anteriores” por las acusaciones de que estuvo implicado en un presunto caso de lavado de dinero.
El político de Morena, por su parte, siguió en su línea habitual de “no atacar en los debates”.
“Él se retrae siempre, no es un hombre ni de cabina ni de estudio; es un hombre de la plaza pública, un orador de masas”, explicó el analista.
Sin embargo, la “incomodidad” que puede sentir en estos escenarios no le llevó a cometer “errores graves” en su discurso, “el mismo que siempre ha tenido” y del que “no se movió un ápice”. “No dio un salto hacia delante, quizá porque no lo necesita”, aseveró Cardona.
POCA CONEXIÓN
De acuerdo con el periodista, a Meade, abanderado de la coalición liderada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se mostró “poco comunicativo” y no logró establecer conexión con la audiencia.
“Era un punto de inflexión en su campaña, y creo que al no haber destacado primordialmente en este debate, su campaña se queda un poco estancada”, afirmó.
“No es que Meade haya perdido el debate; perdió la oportunidad”, coincidió el presidente de Consulta Mitofsky, Roy Campos.
El aspirante oficialista tiene como estrategia mostrarse en los debates “como alguien que va más allá del partido” gobernante, salpicado por escándalos de corrupción.
FALTA DE LEYES
Campos destacó que, cuando se le preguntó a Meade qué ha hecho mal el actual gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, esquivó la cuestión alegando que “hacen falta más leyes”, y en el momento en que iba a responder de manera directa “le salvó la campana” y le cerraron el micrófono.
Rodríguez, conocido como “el Bronco”, consiguió su propósito: ser “disruptivo, distinto a todos”, aunque lo hiciera con “propuestas absurdas” como “mochar (cortar) la mano” a los servidores públicos que roben.
Mientras que a la ex primera dama Zavala, dijo el presidente de Mitofsky, le tocó “defender a su marido”, Felipe Calderón (2006-2012), y “lo que le faltó fue encontrar un adversario, porque nadie le hizo caso”.
DEBATE
Para Campos, es improbable que después del debate haya una gran variación en las encuestas de preferencia de voto, que hasta el momento posicionan a López Obrador como claro favorito, seguido de Anaya y Meade.
Un cambio en las preferencias, por norma general, no sucede “a menos que alguien dé una gran sorpresa o cometa un error”, lo que no sucedió anoche porque “todos iban preparados para no equivocarse”, remarcó el analista. (EFE)
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