Einar Ayala Winkelmann
En el índice de criminalidad registrado en los últimos cinco años se incluye el robo de vehículos, como un ilícito que prolifera. Pero lo que se debe conocer es que estos casos dejan como evidencia una cadena de delitos, en la cual una persona puede ser sorprendida.
El robo de vehículos es el cuarto delito en el índice de criminalidad que se presenta a nivel nacional, ocasionando 20.188 casos denunciados en los últimos cinco años: El 2013 con 5.128 casos, el 2014 con 4.374 casos, el 2015 con 3.806 casos atendidos, el 2016 con 3.726, finalmente el 2017 con 3.154 denuncias en cuanto a la comisión de este delito.
A partir de que algún propietario de vehículo se descuida, parqueando en cualquier área pública, sin la debida protección, o el conductor es víctima de las denominadas pildoritas, que utilizan barbitúricos para adormecer a sus víctimas y poder sustraer el motorizado, estos modos de operar buscan alterar las características del automóvil, para iniciar la cadena de delitos.
Si en el motorizado estaban los documentos de propiedad, es seguro que el vehículo puede ser vendido íntegro, gracias a esa documentación, o si es desmantelado, será vendido por partes en alguna de las ferias populares, como la de la zona 16 de Julio. En algunos casos la documentación sirve para empeñar el motorizado en alguna casa comercial o se busca hacer relacionar datos alterados de un segundo motorizado, para ofrecerlo a la venta con registros duplicados o clonados.
En esta cadena de delitos, los garajes ilegales, chapería o mecánicos que se presten a realizar el cambio de registro de vehículos, como número de chasis, motor u otras modificaciones, sin solicitar la cédula de identidad de quien pide dicha restructuración, pueden ser involucrados como cómplices en el delito de robo.
De la misma forma, los comerciantes de repuestos que no tengan documentación de respaldo de este tipo de venta, en caso de que alguna víctima de robo de vehículos logre identificar los repuestos del motorizado que ha denunciado, pueden ser involucrados como cómplices de robo.
Muchos de estos motorizados, de los que son alterados el número de chasis o motor, son ofrecidos en algunas poblaciones rurales o zonas francas, como si fueran vehículos indocumentados. Sin embargo en caso de adquirir el vehículo y que se confirme que ha sido robado, el nuevo propietario o víctima de estafa, en caso de no solicitar la identificación de las personas que ofrecieron este automóvil, también podrá ser involucrado por la compra de un bien con denuncia de robo.
En consecuencia, es necesario que la persona pida los respaldos documentales (fotocopia de cedula de identidad, fotografías u otros) a quien ofrece vehículos de dudosa procedencia o solicita que se guarde dichos motorizados en algún garaje. Esta acción puede evitar que uno termine involucrado en la comisión de un delito mayor, en el grado de cómplice, por no reportar a tiempo a las instancias que establece la ley.
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